Hace un año asumía el gobierno de un país cansado de la pobreza, la corrupción y la desidia. Brasil comienza a decepcionarse del nuevo gobierno que no ha podido cumplir lo que prometió. Sin embargo, Bolsonaro anuncia cambios importantes y hay indicios de que podría lograrlos.
El Político
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, comenzó el 2020 optimista y calificó de "victorioso" su primer año de Gobierno, cumplido el primero de enero, con avances en la economía, un respaldo indudable al gobierno de Donald Trump y el enfrentamiento al mundo por los incendios en la amazonía.
"Que Brasil continúe siguiendo el camino de la prosperidad y que este sea un año tan victorioso para el pueblo brasileño como lo fue en 2019″, escribió el presidente en su página en Twitter en el saludo de Año Nuevo que dio al pueblo brasileño.
El mandatario,recalcó que en el 2020 "trabajaremos día y noche" para "cambiar el destino de nuestra nación". Había prometido a los brasileños una revolución derechista que limpiaría las viejas prácticas del país.
El líder de la ultraderecha en Brasil impulsó en 2019 una fuerte reducción del gasto y consiguió una dura reforma al sistema de pensiones y jubilaciones, casi sin oposición en el Congreso.

En marzo de 2018, en una medida para reducir el déficit comercial estadounidense, el gobierno de Trump anunció su intención de introducir aranceles de 25% sobre las importaciones de acero y de 10% sobre las de aluminio. Pero tras negociaciones, Argentina había logrado una exención de esas medidas.
Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de acero y aluminio argentinas, lo que representa un mercado de 700 millones de dólares, según datos oficiales. Brasil, que representaba entonces alrededor del 14% de todas las importaciones estadounidenses de acero, también había logrado concesiones al entrar en vigor los aranceles. El reclamo del gigante latinoamericano alegaba la complementariedad de las cadenas productivas.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó que de confirmarse el anuncio de la imposición de aranceles estadounidenses a la importaciones de acero y aluminio brasileños no dudaría en llamar directamente a su par estadounidense, Donald Trump. En declaraciones a la prensa en Brasilia, Bolsonaro dijo que se informaría de la situación con su ministro de Economía, Paulo Guedes.

La moneda brasileña se depreció un 5% desde inicios de noviembre frente al dólar, batiendo sucesivos mínimos históricos. La semana pasada, superó por primera vez los 4,27 reales por dólar, frente a 4,01 a inicios de noviembre. Este lunes el billete verde se cotizaba a 4,23 reales. La depreciación, según analistas, se debe principalmente a las incertidumbres provocadas por la guerra comercial entre China y Estados unidos y a las dudas de los inversores sobre la capacidad del gobierno de proseguir con su plan de reformas promercado.
Reprobado en medio ambiente
Los opositores de Bolsonaron le reprocha que no ha tomado medidas tras las catástrofes ecológicas de los últimos tiempos (la creciente deforestación de la selva tropical, los devastadores incendios forestales en la Amazonía o el derrame de petróleo en el norte de Brasil).

Se acusa a Bolsonaro de favorecer a los hacendados que talan y queman la amazonía para lograr más zonas de producción agropecuaria, pero el presidente responde en que se utilizan parámetros que a no se justifican. El enfrentamiento con los líderes conservacionistas ha sido mundial pero Bolsonaro ha impedido que ingresen organiaciones ambienalistas en su territorio.
El gobernante brasileño también ofreció su ayuda a Australia para combatir los incendios que han matado ya a 17 personas en todo el país y destruido más de 1.300 viviendas.
Educación
Aunque el mandatario brasileño es optimista, el balance de su gestión en general es negativo por las políticas conservadoras que impulsó contra la educación y la cultura para enfrentar a la "vieja política" centrada en el "comunismo" y en el pensamiento de los de "izquierda".
De acuerdo con el presidente Jair Bolsonaro, la educación brasileña deja mucho que desear. “Todo va cada vez más cuesta abajo”, dijo el mes pasado a periodistas durante un viaje a Dallas. “Queremos salvar la educación”.
Se critica a Bolsonaro su enfrentamiento a las ideas de Paolo Freire que han marcado paua en la educación de América Latina.
Asimismo, por las medidas que flexibilizaron la fiscalización y los controles en materia ambiental con la excusa de incentivar el desarrollo en reservas indígenas y en la misma Amazonía, lo que ha borrado la huella que Brasil había dejado años atrás en la defensa del hábitat y el medio ambiente.
La aprobación de su Gobierno estuvo en declive consecutivo durante los primeros diez meses de mandato, pero tuvo una leve recuperación a partir de octubre con los resultados de las políticas neoliberales que aplicó en materia económica.
De acuerdo con una encuesta realizada por la firma Datafolha el índice de aprobación del Gobierno, que era del 32 % en abril, cayó al 29 % en agosto y se estabilizó en el 30 % en diciembre Eso debido a los resultados que han dado las políticas neoliberales aplicadas en la economía del país durante su primer año de Gobierno.
Corrupción, delincuencia, pobreza, son temas pendientes paa el gobiernante que apenas lleva un año. Incluso la realidad no es igual para todos. En el norte del país hay una invasión masiva de venezolanos que huyen de la crisis económica y polítca, mientras que existen ciuddes con altos índices de desarrollo.
La parálisis de la oposición permite a Bolsonaro continuar gobernando sin ser molestado, a pesar de su caída en las encuestas. "Bolsonaro es apoyado por sólo el 30 por ciento de la población, en otras palabras, por una minoría. Pero es mejor tener un grupo pequeño y organizado detrás de ti que uno grande y desorganizado", observa Safatle.

Para algunos analistas el apoyo que todavía tiene Bolsonaro se basa, principalmente, en el rechazo a Lula y al PT. Lula dijo al salir de la cárcel que reactivaría a su partido, pero las acusaciones de corrupción impiden un normal desenvolvimiento político.
La oposición se muestra débil. "La izquierda brasileña ha colapsado, algo sin precedentes en la historia brasileña", dice a DW el filósofo Vladimir Safatle.
Según Safatle, el PT nunca ha hecho frente a sus fracasos reales, y el sistema de poder de Lula tenía contradicciones internas irreparables que lo derrumbaron. Desde entonces, la izquierda no ha sido capaz de hacer balance y desarrollar una agenda alternativa, sostiene.
Palabras clave Brasil, Jair Bolsonaro, populismo, derecha, Lula, Amazonía
Con información de Deutche velle, BBC, Semana.