Las elecciones 2020 en los Estados Unidos serán más largas de lo habitual, por lo cerrada de la contienda entre Donald Trump y Joe Biden.
El Político
La última vez que Estados Unidos se despertó sin tener claro quién había ganado las elecciones presidenciales fue hace 20 años.
Y la incertidumbre en ese entonces no duro sólo un par de días. Los estadounidenses tuvieron que esperar más de un mes para saber que George W. Bush le había ganado la batalla a Al Gore por la Casa Blanca.
Y no fue una batalla cualquiera, pues la victoria de Bush requirió un arbitraje sin precedentes en la Corte Suprema, reportó El Espectador.
Hoy ocurre algo similar en el país: Márgenes estrechos, incertidumbre, y una amenaza que lanzó Donald Trump de llevar la decisión ante la Corte Suprema.
¿Cómo van las elecciones de este año?
Ajustadas. Varios analistas y expertos electorales advirtieron que era muy posible que Estados Unidos no supiera quién sería su nuevo presidente el día de la jornada electoral.
Y así fue, la batalla por la presidencia sigue abierta porque ningún candidato ha logrado conseguir los 270 votos electorales para declarar la victoria. Hasta el momento, Biden lleva la ventaja con 253 votos electorales, y Trump se queda atrás con 214.
La situación estuvo apretada en Michigan y Wisconsin. Al principio, todo parecía indicar que Trump se quedaría con estos estados, pues este martes, a altas horas de la noche, los porcentajes favorecían al mandatario.
Pero todo cambió en la tarde de este miércoles cuando ambos estados se pintaron de azul.
Michigan favoreció a Joe Biden con el 49.8 % y Wisconsin le dio la victoria al candidato demócrata con el 49.4 %. Un triunfo muy estrecho pero importante para acercar a Biden a la Casa Blanca.
¿Qué pasó con Pensilvania? Ese estado sigue en veremos y el asunto es un poco más complejo, pues allí los votos por correo serán válidos hasta este viernes, siempre que el matasellos confirme que fueron enviados dentro del plazo legal.
La campaña de reelección del presidente anunció este miércoles “acciones legales críticas” en el estado clave de Pensilvania, donde los republicanos han cuestionado que se consideren válidos los votos por correo que se reciban en los tres días posteriores al día de la elección.
“Están sucediendo cosas malas en Pensilvania. Los demócratas están planeando privar del derecho a voto y diluir los votos republicanos”, señaló en un comunicado la campaña de Trump.
¿Qué pasó en el año 2000?
Gore era el vicepresidente del entonces mandatario Bill Clinton, mientras que Bush era el gobernador de Texas e hijo del expresidente George H. W. Bush.
Hace 20 años no fue precisamente una pandemia la que cambió los tiempos en la entrega de resultados. De hecho, el proceso electoral transcurrió normalmente. Pero sí un margen muy estrecho y un recuento de votos en Florida desencadenó una discusión que terminó en la Corte Suprema.
Gore ganó el voto popular con el 48,4 %, mientras que Bush recibió el 47,9% perdiendo por más de 540.000 votos. Pero a la larga lo que más importa cuando se habla de elecciones en Estados Unidos es el Colegio Electoral.
Se necesitan 270 votos electorales para ganar la Presidencia y al final de la noche de ese 7 de noviembre, el recuento de Gore iba en 250 votos y el de Bush en 246 con Oregon, Wisconsin y Florida pendientes por arrojar resultados.
El suspenso comenzó con resultados muy cerrados, muy reñidos, en el estado de Florida, con una brecha de menos de 0,5 entre ambos aspirantes.
Las cadenas de televisión adjudicaron primero a Gore ese estado clave, luego a Bush, para después esperar un desenlace ante resultados tan parejos.
Batalla judicial
La larga batalla legal comenzó tras el reclamo de Gore, el 9 de noviembre, de realizar un recuento manual en cuatro condados del estado, entre ellos Palm Beach.
En el corazón del embrollo: las máquinas perforadoras utilizadas en Palm Beach para escrutar los votos no marcaban bien las papeletas, saturando a la comisión electoral, que era la que debía decidir sobre la validez del voto.
El 26 de noviembre, Florida proclamó la victoria de Bush por una diferencia de 537 votos. Gore rechazó ese resultado, alegando que no se habían contabilizado miles de votos.
El 8 de diciembre, la Suprema Corte de Florida falló a favor del aspirante demócrata, ordenando el recuento manual de más de 45.000 papeletas ignoradas por las máquinas. Pero la Suprema Corte de Estados Unidos detuvo ese proceso, al dar lugar a un pedido de Bush.
La Corte Suprema decide
El 12 de diciembre, el alto tribunal, en su primera intervención en una elección presidencial, decide que se agotó el tiempo para un recuento manual, al vencer el plazo para que los estados resuelvan conflictos derivados de comicios y designen a sus electores en el Colegio Electoral. Así, Bush fue elegido presidente por 271 votos del Colegio, uno más de los 270 requeridos.
Gore no llegó a la Casa Blanca pese a registrar más sufragios a nivel nacional, algo que no ocurría desde 1888.
El magistrado de la Suprema Corte John Paul Stevens, que votó contra el fallo, dijo: “aunque tal vez nunca se sepa con total certeza la identidad del ganador (…) la identidad del perdedor está perfectamente clara: la confianza del país en sus jueces”.