El presidente de Guyana, David Granger, acusó a Venezuela en Naciones Unidas de bloquear los intentos por resolver la disputa por la región del Esequibo y de intensificar sus "agresiones".
"Las reivindicaciones de Venezuela son una amenaza a nuestra existencia como nación independiente. Son una vuelta escandalosa de la enfermedad de los conquistadores que una vez plagó su propia historia", dijo Granger ante la Asamblea General de la ONU.
Como hace un año, Granger dedicó buena parte de su discurso a ese conflicto y nuevamente solicitó el apoyo de la organización para ponerle fin.
"Guyana, un país pequeño, debe buscar en Naciones Unidas protección frente a las amenazas a su seguridad", señaló.
Granger dijo que en los últimos meses había puesto sus esperanzas en la mediación de la ONU para lograr una solución, pero lamentó hoy que Venezuela haya "bloqueado por todos los medios" el proceso.
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"Guyana está lista para que la Corte Internacional de Justicia determine el asunto", dijo el presidente, que adelantó su intención de trabajar con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para tratar de avanzar en el asunto del Esequibo durante sus últimos meses al frente de la organización.
Granger dejó claro que sus llamamientos a la ONU no tienen "nada que ver con las situación interna de Venezuela" y subrayó que los venezolanos son "hermanos y hermanas" para Guyana.
La región del Esequibo está bajo mediación de la ONU desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, pero la disputa territorial se agudizó después de que la estadounidense Exxon Mobil descubriera yacimientos de petróleo en aguas en la zona del litigio.
El Gobierno de Venezuela emitió en la misma época un decreto presidencial que dictaba una orden administrativa de defensa del país, con una demarcación que incluía como propias todas las aguas del Atlántico frente a la costa de Esequibo.
El decreto presidencial venezolano generó el rechazo del Gobierno guyanés y disparó la tensión entre las dos partes, que desde entonces han acudido en numerosas ocasiones a la ONU para defender sus posturas.
Con información de EFE