El 19 de junio, Irán informó del derribo de un dron estadounidense, ayer el presidente Trump aseguró que la Armada de su país derribó una aeronave no tripulada iraní que volaba cerca de uno de sus buques. Ambos acontecimientos se produjeron en el peligrosísimo Estrecho de Ormuz.
Apolinar Martínez/El Político
El estrecho de Ormuz, entre el golfo de Omán y el golfo Pérsico, es una de las zonas más sensible de la tierra, no sólo porque por allí pasa el 20 % del petróleo del mundo, y el 35% de lo que se comercializa. Razones suficientes para que sobre él esté la atención del mundo, y en la medida en que las relaciones entre Estados Unidos e Irán se encrespan, el Estrecho se convierte en el escenario para sus choques, que ya no son exclusivamente verbales.
Drones van y drones vienen
Irán dio el primer paso en este nuevo capítulo de su confrontación con Estados Unidos, al derribar el 19 de junio un dron norteamericano e indicar que volaba por encima de una de sus embarcaciones.
El presidente Donald Trump declararía posteriormente que estuvo a segundos de ordenar un ataque contra Irán, pero temió por la muerte de 150 norteamericanos.
Pero ayer pasó a la acción e informó que la Armada estadounidense derribó una aeronave no tripulada iraní que volaba cerca de uno de sus buques que surcaba las aguas del Estrecho de Ormuz.
"El dron resultó destruido inmediatamente", declaró el mandatario durante un acto en la Casa Blanca en el que estaba presente el primer ministro holandés, Mark Rutte.
El presidente Trump explicó que el buque de asalto anfibio estadounidense USS Boxer abatió el dron iraní cuando se encontraba a casi un kilómetro de distancia.
"Esta es la última de las muchas acciones provocativas y hostiles por parte de Irán contra buques que navegan aguas internacionales", denunció Trump.
El gobernante subrayó que Estados Unidos "se reserva el derecho" de actuar en defensa de "su personal, instalaciones e intereses" en la región y llamó a "todas las naciones" a colaborar con EE.UU. para garantizar la libertad de navegación en el Golfo Pérsico.
El estrecho de Ormuz está que arde y el menor error de cálculo puede conducir a un conflicto de consecuencias inimaginables.