Un experto en resolución de conflictos educado en Harvard está volando a Caracas la próxima semana para intentar lo que parece imposible: impulsar el diálogo político en Venezuela profundamente polarizada.
La visita de Jim Tull durante varios días a talleres a puerta cerrada con representantes del gobierno socialista de Venezuela y la oposición se produce cuando Estados Unidos amenaza con más sanciones financieras y se habla de acciones militares para derrocar al presidente Nicolás Maduro. Los intentos anteriores de diálogo han fracasado en medio de amargas recriminaciones.
El mediador de habla hispana, que ayudó a aliviar las tensiones en Venezuela luego de un golpe de estado de 2002 contra el entonces presidente Hugo Chávez, se mostró cauteloso acerca de las posibilidades de éxito. La nación rica en petróleo está sumergida en su peor crisis económica de la historia, con la hiperinflación y la escasez aplastando a los pobres y conduciendo a las masas de migrantes a miles de kilómetros de sus hogares.
“Hay un alto porcentaje que se pondrá mucho esfuerzo en esto y nada cambiará en el terreno”, dijo en una entrevista desde Cambridge, Massachusetts. “Pero si involucras a las personas adecuadas y te acercas paso a paso, entonces aumentas dramáticamente las posibilidades de que algo bueno suceda”.
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La misión de Tull está siendo organizada por el Grupo de Boston, una red informal de legisladores estadounidenses y venezolanos de todo el espectro político (demócratas, republicanos, socialistas y capitalistas) preocupados por Venezuela. Las reuniones exploratorias fueron organizadas por el senador Bob Corker, presidente republicano del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los EE. UU., A través de las relaciones que uno de sus empleados más importantes construyó hace 15 años durante los intercambios legislativos que involucraron al entonces legislador Maduro.
Caleb McCarry, el principal asesor de política latinoamericana de Corker, se reunió recientemente en Caracas dos veces en el lapso de ocho días con Maduro para impulsar el diálogo, la primera vez, el 7 de octubre, acompañado por su jefe. El esfuerzo de mediación de Tull se denomina “mesa redonda de intercambio de ideas” para distanciarlo de las negociaciones fallidas en el pasado, como las conversaciones encabezadas por el Vaticano o una en la República Dominicana patrocinada por el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero que se derrumbó en febrero.
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Pero queda por verse si una Casa Blanca escéptica apoyará la iniciativa. El Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional no comentaron si lo respaldan.
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