“El rebaño jamás se dará cuenta de que el código de mensajes transmitidos para la turba es básicamente un torrente de señales jerarquizadas.”
Los grandes manipuladores de masas en la Unión Europea saben de antemano que en la oscuridad todos los gatos son pardos… Los sistemas caóticos perfectos para la gobernanza necesitan de esa obscuridad filosófica.
Por Alfonso M Becker/El Político
De esta forma, es posible conducir al rebaño electoral hacia un principio en el que solo exista el vacío espectacular necesario, y tuvo que venir una niña sueca con un carácter endemoniado, para señalar el camino… La madre y el padre, crearon el monstruo.
Los borregos saben que en la sociedad de las mentiras políticas todo camino conduce a ninguna parte. Es por eso que son borregos pero de electroencefalograma plano; patéticas cabras y cabrones anclados en la moda hippie, que salen inmediatamente en procesión para salvar a un mundo que acabará achicharrando a la humanidad si ellos no lo impiden paseando su pancarta y fumándose un canuto.
Es de capital importancia, pues, que un producto creado para el culto de la chusma lleve como etiqueta la garantía de fabricación y la legitimidad indiscutible de unos supuestos valores culturales que deberán ser y son, por imperativo legal, totalmente indiscutibles.
El establishment político suele ocultar todas sus corruptelas, precisamente con este tipo de narrativas. El Walter Benjamin de la Escuela de Frankfurt, aseguraba que se trataba una nueva religión o un sucedáneo destinado a un “ganado” social al que hay que darle de comer la basura intelectual adecuada.
Antes de Greta Thunberg, la chusma electoral de la gran sociedad del espectáculo actuaba como zopencos modernos de “buen rollito” para los que no existía ni el cielo ni la tierra, ni los océanos variopintos como aguas separadas. Así que a los grandes magos de los gobiernos se les ocurrió que lo ideal era comenzar por Pangea…
El mago de Bruselas pensó: “un puto ecologista ni siquiera sabe lo que es Pangea, así que adelante con la energía selvática, la materia arbórea de Brasil, y el pulmón del Amazonas”…
Inmersos en la nada, esta piara de ignorantes se iba adaptando como podía en una generación de idiotas incultos, y a la moda del momento. No había dioses al alcance de la mano, o a su imagen y semejanza. El político postmoderno de pacotilla se sentía tan huérfano de creencias trascendentales que se arrimaba a cualquier sucedáneo.
No se habían manifestado aún los dioses porque sus representantes en la tierra eran en su gran mayoría pederastas y aún más incultos que los borregos… Todo lo que se sabía sobre el cambio climático era que el “veratoño” y el “primavierno” eran insoportables si no te comprabas un ventilador o una estufa.
Dos electrodomésticos fundamentales para que las muchedumbres se convirtieran, de la noche a la mañana, en expertos “chiripitifláuticos” en el cambio climático y pudieran manifestarse ad vitam desconociendo, por completo, los principios fundamentales de la realidad científica.
Ningún destino benévolo será alterado por los mass-media controlados por los gobiernos. La prensa dominante se encargará de “santificar” a Greta e intimidar a los críticos para que ninguno de ellos, por mucha preparación filosófica que tenga, se atreva a poner en entredicho a los millones de tarados intelectuales que se han declarado en huelga contra el cambio climático…
Greta es el nuevo “Frankenstein” de la ecología y los polizontes de Bruselas se encargarán de que ningún nuevo filósofo científico escriba y se manifieste contra el monstruoso proyecto de dominio ideado por la clase dominante europeísta para una repugnante y asquerosa manipulación política.
Porque el amor a la sabiduría no encontrará jamás un destello de inteligencia o algo de luz donde reina el espectáculo alienante de Greta Thunberg para el control de masas.
No puede haber aplauso de una ciudadanía decente para un producto tan nauseabundo y tan patético como el que han creado el papá y la mamá de Greta Thunberg. Los poderes públicos han dejado de serlo para convertirse en la mofa y el escarnio de las personas inteligentes e intelectualmente superiores.
Ahora es la chusma la que gobierna en Europa… La poca vergüenza de esta gentuza no llega a la altura de la suela de los zapatos de Donald Trump… Lo que es realmente sofisticado para la gobernanza requiere otra súbita expansión del espacio y del tiempo para la utilización de la amenaza y del miedo.
Nadie les ha enseñado que las políticas espectaculares requieren de un alejamiento prudente de la “nueva Edad Media” propuesta por tipejos tan despreciables como el presidente francés, Emmanuel Macron, o señoras tan políticamente repugnantes y farsantes como la canciller alemana, Angla Merkel.
Es público, notorio y de libro profético, tanto en Estados Unidos como en Rusia, que a estas dos monstruosidades de la gobernanza… les ajustarán las cuentas. La inexcusable ignorancia para tratar con Washington o con Moscú, no los salvará del descrédito y de la burla.
Del mismo modo que el payaso de Otawa, Justin Trudeau, caerán como todos los corruptos manipuladores de la geopolítica que inventan cualquier cosa, por muy aberrante que sea, para conseguir eternizarse en el poder y presumir de lo que carecen: inteligencia creadora y algo de la ciencia social.
El colmo de estas tres aberrantes figuras políticas es haber destruido por completo -en sus respectivos países- el tranquilo escenario de la ordenada vida burguesa… Son la auténtica basura de la política con un desprecio absoluto por la cultura judeocristiana, por la ciudadanía europea, por su patriotismo expresado, y por sus derechos y libertades robados por esta patética y pervertida clase dominante.
Si Bruselas no aprende de esto, la Unión Europea se caerá a pedazos.
Walter Benjamin , entre otros filósofos, nos enseñó que “la ciudad es una suerte de libro en el que podemos leer la historia de los desheredados siendo rechazados, una y otra vez, hacia los miserables suburbios, hacia la periferia, hacia un imposible olvido”…
Le recuerdo a mis lectores que los ríos, los mares, los glaciares, las selvas, el aire puro y el agua dulce, los maravillosos paisajes de este mundo; los colores inimitables de la floresta y la belleza indescriptible de las ciudades entrañables y apacibles, han sido siempre destruidas por personajes como Macron, Merkel, Trudeau, Hillary Clinton o la clerigalla de parásitos que gobiernan en Bruselas…
“Si me señalas a mí, yo explicaré quién eres tú, hijo de perra bastarda”…
Esta era la consigna de los grandes artistas situacionistas para desenmascarar a los payasos gubernamentales que se creen dueños del Amazonas o del Everest y que dictan a sus rebaños a tomar las calles para intimidar con sus majaderías y mariconadas sobre el cambio climático…
No son los gilets jaunes ni los pobres, ni los desafortunados, ni los menesterosos de esta vida, ni los desposeídos, ni los desfavorecidos, los causantes del cambio climático.
Los culpables son los manipuladores mediáticos instalados, cómodamente, en el poder y todos los políticos corruptos que les rodean, protegen y sostienen… Son todos aquellos que mienten sobreactuando y les engañan con sus mentiras ecológicas vehementes y con toda la mierda climática que despachan sus cerebros retorcidos.
Sí señoras y señores, hay cambio climático, de hecho hace millones de años que el clima cambia y Donald Trump no es el culpable, tampoco lo es Bolsonaro y creo que el papa argentino tampoco está implicado en el “terrible crimen” que ha inventado un gilipollas retrasado que Gobierna en París…
Hay cambio climático y seguirá cambiando el clima mientras los seres humanos miremos a las estrellas y contemplemos el hermoso espectáculo con el que pretenden crear pánico lo maricones más notables del reino y las furcias más bellas de la república de Platón. Nadie podrá evitar el cambio climático, porque es ridículo y además es mentira porque es imposible.
Sí… es cierto, no lo voy a negar, ha llegado el momento de la gobernanza a través del miedo. El rebaño de idiotas irrecuperables seguirá manifestándose porque sus políticos de medio pelo les advierten, mensualmente, que un asteroide se dirige hacia nosotros para aplastarnos como a una puñetera mierda…
Mi recomendación no puede ser otra que tomárselo con calma, al fin y al cabo, los glaciares llevan milenios avanzando y retrocediendo sobre la superficie de la Tierra… Lo que pasa es que hace millones de años no había periodistas del sistema, al servicio de los gobiernos corruptos, ni científicos asombrados de que la Tierra haya cambiado, desde hace miles de millones años, del calor al frío y viceversa…
Sacar a Greta del espectáculo de la gobernanza global debería ser prioritario para unos frívolos padres que no han pensado en el sitio en el que han metido a su hija… Es una menor de edad y la han llamado, puta, ansiosa por el sexo, zorra desgañitada por la absurda propaganda de indocumentados, y gata en celo necesitada de un macho…
Lo han declarado y dejado por escrito, periodistas de la más baja extracción intelectual que se han cebado con una menor manipulada por sus padres, a su vez, asistidos por y con la financiación de corruptos malabaristas geopolíticos y prestidigitadores de la Unión Europea.
Seguramente la chica acabará en el Star system y sus padres no solo ganarán millones de dólares sino fama mundial para su hija-mercancía; amén de conseguir un futuro envidiable para Greta.
Pero mientras tanto, en los extraños vericuetos de un imprevisible trayecto hacia la alienación del espectador en favor del aberrante objeto ecologista contemplado, Greta Thunberg, tendrá que atravesar los oscuros paisajes en los que no podrá dirimir la esfera general del conocimiento, de las representaciones teatrales en una sociedad de clases que odia a sus élites y a sus increíbles y criminales mentiras.
El consumo espectacular de ideas absurdas sirve para gobernar y también para desacreditar al enemigo político. Para el establishment al que pertenece Macron, el espectador es un ser despreciable que debería agradecer convertirse en un seguidor incondicional de cualquier cretino ideado por el sistema como un “icono”.
Cuando la basura política asoma por el lejano horizonte de la filosofía, la superestructura se hace visible… La úberbau tiembla cuando las condiciones de vida del rebaño son inaceptables desde el punto de vista moral.
Es entonces cuando comienza la producción en serie de Gretas Thunbergs como hijas del poder establecido… Una suerte de engendro con pensamiento y discurso ecológico garantizado por el Estado, haciendo de la comunicación un absoluto.
Solo quería decirle a mis lectores que el rebaño jamás se dará cuenta de que el código de mensajes transmitidos para la turba es básicamente un torrente de señales jerarquizadas.
Es posible que Greta Thunberg tenga la suerte que no tienen los miles de millones de niños que carecen de alimentos para comer, y que ni siquiera tienen un sitio “ecológico” dónde caerse muertos…