El resultado inconcluso de las elecciones generales españolas de este domingo ha dejado a la nación ibérica ante una gran incógnita. Ninguna alianza de partidos nacionalmente activos, de derecha o de izquierda, cuenta con suficientes curules para formar gobierno.
El Político
Por lo tanto, el futuro del Palacio de la Moncloa (sede del ejecutivo) está en manos de partidos regionalistas y separatistas que hacen vida en zonas específicas de España.
Las fuerzas conservadoras son las que más difícil lo tienen seduciendo a estas organizaciones. El Partido Popular (PP, de centroderecha) y Vox (derecha radical) suman 169 escaños en el Congreso de los Diputados. Eso es siete menos que lo requerido para poder gobernar.
Dado que estos partidos son firmes defensores de la unidad nacional de España, es prácticamente imposible que se coaliguen con los independentistas vascos y catalanes. Pero sí cabe la posibilidad, aunque pequeña, de que pacten con grupos regionalistas que tienen exigencias más moderadas sobre la autonomía de sus respectivas regiones. Si sumaran los curules del Partido Nacionalista Vasco (PNV, 5 escaños), la Coalición Canaria (CC, 1) y la Unión del Pueblo Navarro (UPN, 1), alcanzarían la mayoría parlamentaria por tan solo un asiento.
Hay precedentes. En 1996, José María Aznar, del PP pudo formar gobierno con apoyos del PNV y CC. Sin embargo, en es momento no existía Vox. Será difícil conciliar las aspiraciones de los regionalistas con las posturas de este partido, que profesa antipatía profunda hacia cualquier pretensión de que España no es una sola nación.
Suma de muchos pequeños
Para la izquierda es relativamente más fácil. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE, de centroizquierda y encabezado por el actual Presidente de España, Pedro Sánchez) y su socio de extrema izquierda, Sumar, tienen un total de 153 diputados. De hecho, actualmente gobiernan gracias al respaldo de algunos partidos regionalistas y separatistas.
Ahora tendrían que repetir esos pactos, pero con más partidos. Necesitarían el respaldo del PNV, pero también de Esquerra Republicana de Catalunya y Junts per Catalunya. Estos son separatistas catalanes que tienden respectivamente a la centroizquierda y la centroderecha, con 7 curules cada uno. Además, los 6 diputados de Bildu, colectivo separatista vasco y heredero del grupo terrorista desmovilizado ETA.
Entonces, tendrían 178 diputados. Apenas un poco más que el mínimo requerido.