La Dirección General Impositiva (DGI) de Uruguay amplió una denuncia contra dos estudios que crearon al menos 1.327 sociedades anónimas para defraudar al fisco mediante la colocación en el mercado de 1.989.804 facturas "truchas". La maniobra, que fue calificada por la DGI como la más grande de la historia, provocó pérdidas al Estado por varios miles de millones de pesos.
Según un informe de la Unidad de Inteligencia de Personas Físicas (Uipef) de la DGI, cada una de las 1.327 sociedades anónimas irregulares emitieron un promedio de 1.522 facturas ilícitas.
Por ejemplo, una sola empresa denunciada ante la Justicia imprimió 4.650 facturas que están circulando en el mercado con "un significativo potencial de evasión" y que, por su forma de insertarse en la operativa es inviable quitar de circulación porque se colocaron en empresas con diferentes grados de implicación en el engaño.
Lea También: Gobierno Uruguayo estudia exportación de marihuana medicinal
El expediente judicial, al que tuvo acceso El País, revela que los dos estudios denunciados utilizaban los servicios de cuatro escribanos que otorgaban certificaciones falsas y 13 testaferros usuarios de refugios o de beneficios del Mides o indigentes.
Mediante esa modalidad, los estudios crearon "una fábrica de defraudar" mediante sociedades anónimas (S.A.) y sociedades de responsabilidad limitada (S.R.L.) en formación.
Los dos estudios, cuyos titulares fueron procesados con prisión el viernes 10 por la jueza especializada en Crimen Organizada, María Helena Mainard, trabajaban con una decena de imprentas donde imprimían miles de facturas que luego eran utilizadas para simular ventas de productos o pagos de servicios. Los acusados vendían a través de páginas de avisos clasificados en Internet sociedades anónimas a US$ 650 —no pagaban impuestos de ningún tipo en su conformación—, mientras que una sociedad anónima legalmente constituida vale US$ 3.200. EL PAIS