Durante un discurso de apertura en Nueva York, el director gerente de Google fue testigo de una protesta pública inusual por parte de un empleado de la división de nube de la compañía. Este ingeniero de Google Cloud proclamó estar en contra de seguir construyendo tecnología para la guerra.
El Político
Sin embargo, esta valiente postura tuvo consecuencias: el ingeniero fue despedido posteriormente. Este episodio marca otro momento oscuro para Google, que ha estado envuelto en una serie de conflictos políticos y culturales en los últimos años, luchando por sofocar la disidencia de sus empleados.
BREAKING—PRO-PALESTINE @googlecloud ENGINEER DISRUPTS @Google ISRAEL DIRECTOR AT GOOGLE-SPONSORED ISRAELI TECH CONFERENCE IN NYC.
The worker demanded that Google STOP using worker labor to power genocide against Palestinians in Gaza. #NoTechForApartheid pic.twitter.com/t2mqCqFFay
— No Tech For Apartheid (@NoTechApartheid) March 4, 2024
La controversia no se detiene ahí. Antes de una cumbre del Día Internacional de la Mujer en Silicon Valley, el tablero de mensajes de los empleados de Google se llenó de comentarios sobre los contratos militares de la compañía con Israel. El foro en línea, que debía ayudar a informar las preguntas a los ejecutivos en el evento, fue cerrado debido a “contenido divisivo que es perjudicial para nuestro lugar de trabajo”, según un portavoz de Google.
El papel de Google como proveedor de tecnología para los militares en Estados Unidos y en el extranjero ha sido fuente de consternación laboral desde al menos 2018, cuando los empleados protestaron por un contrato del Departamento de Defensa llamado Proyecto Maven. Posteriormente, surgió la controversia en torno al Proyecto Nimbus, un acuerdo de 1,200 millones de dólares en inteligencia artificial y servicios informáticos entre Google, Amazon Web Services y el gobierno y el ejército israelí, que comenzó en 2021.
La indignación se ha extendido a otros problemas, dejando al CEO Sundar Pichai a la defensiva en los eventos de la empresa. Google enfrenta un delicado equilibrio entre tecnología, ética y responsabilidad social, mientras sus empleados continúan expresando sus ideales y preocupaciones.
Descontento en Google
La escalada del conflicto en Oriente Medio ha generado tensiones adicionales en Google en los últimos cinco meses.
En octubre, Hamás llevó a cabo ataques inhumanos contra Israel, desencadenando una respuesta militar que resultó en la muerte de, hasta ahora, más de 30.000 personas, tanto palestinos como judíos.
En las últimas semanas, más de 600 empleados de Google firmaron una carta dirigida a la dirección de la empresa, solicitando que dejaran de patrocinar la conferencia anual Mind the Tech, que promueve la industria tecnológica israelí.
El evento, celebrado en Nueva York, contó con un discurso del director general de Google Israel, Barak Regev.
Un video viral muestra a un empleado de Google protestando durante el discurso de Regev. “No hay nube para el apartheid”, gritó el empleado, mientras era abucheado por la multitud y escoltado fuera del edificio por seguridad.
Regev respondió: “Parte del privilegio de trabajar en una empresa que representa valores democráticos es dar cabida a opiniones diversas”.
Sin embargo, Google tomó medidas disciplinarias y despidió al empleado por “interferir con un evento oficial patrocinado por la compañía”. Un portavoz de Google explicó que este comportamiento violaba sus políticas, aunque no especificó cuáles.
Este episodio subraya la delicada línea que Google debe recorrer entre tecnología, ética y responsabilidad social, mientras sus empleados continúan expresando sus opiniones y preocupaciones.