"El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor". En el Gobierno venezolano nadie parece haber escuchado jamás esta frase atribuida al filósofo chino Confucio, pues en medio de la severa escasez de medicinas que sufre el país las autoridades se han dado el lujo de dejar perder, por segunda vez en un lustro, miles de kilos de medicamentos y material médico quirúrgico.
En el Almacén de Medicamentos e Insumos Médicos Robotizado Jipana de los Valles del Tuy, a unos 40 kilómetros al suroeste de Caracas, fueron hallados 75 contenedores con remedios y equipos caducados. Las revisiones preliminares revelaron que el contenido de 49 de esos contenedores no puede ser otro más que la basura o una incineradora, mientras que lo que se encuentra en otros 19 podría “ser recuperado previo diagnóstico del Instituto Nacional de Higiene”.
La información figura en la averiguación que el Ministerio Público abrió el pasado 17 de octubre, luego de que el general Octavio Javier Chacón Guzmán, coordinador del Rubro Farmacéutico de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, inspeccionara el día 8 del mismo mes el galpón junto al director del Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar), Gerardo Briceño; y el presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), Carlos Rotondaro; y observara la presencia de los recipientes repletos de insumos.
Los fiscales Víctor López y Daniel Gil inspeccionaron a fondo dos de los contenedores y constataron la presencia de cientos de cajas de Risperidona, un antidepresivo que ya no se encuentra en las farmacias, las cuales expiraron en septiembre de 2014. También fueron hallados varios medicamentos para combatir el cáncer como el Letrozol, la Mitoxantona, la Gemcitabina y el Tamoxifeno, los cuales vencieron entre enero y diciembre de 2013.
Cientos de dosis de Insuman (insulina humana) también caducaron en agosto de 2013 sin que se les distribuyera a ningún hospital, clínica o farmacia, para atender a los miles de diabéticos que hay en el país.
Hasta ahora nadie ha sido destituido, detenido ni imputado por este hallazgo. Desde el despacho dirigido por Luisa Ortega Díaz han solicitado al Sefar, ente responsable del almacén, información sobre la fecha de ingreso de los contenedores, su condición legal y quiénes los compraron; y el contenido de cada uno para intentar “esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades administrativas y penales correspondientes”. Sin embargo, sospechan estar en presencia de hechos de corrupción.
Con la misma piedra
El hallazgo de Los Valles del Tuy tiene un precedente. En 2011 la Contraloría General de la República encontró en unos almacenes del Sefar en Caracas miles de medicamentos vencidos. En esa oportunidad el organismo encargado de velar por el buen uso de los fondos públicos constató que 27 mil inyectadoras compradas a Cuba se perdieron por no estar guardadas correctamente. Asimismo el Ministerio de Salud debió gastar más de medio millón de dólares en incinerar 566.590 kilos de productos que se vencieron o dañaron sin haber sido enviados a los hospitales y farmacias.
¿Pero si ya ocurrió una vez por qué ha vuelto a pasar? “Por la impunidad estructural”, replicó Rafael Uzcátegui, coordinador del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), quien agregó: “Aquí no hay castigo por las violaciones a los Derechos Humanos ni por los crímenes comunes”.
En similares términos se pronunció el diputado opositor y miembro de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, Carlos Berrizbeitia, quien afirmó: “No se hicieron los correctivos y se siguen cometiendo los mismos errores. Se siguen comprando medicamentos cuya fecha está cerca de expirar, porque son más baratos; y se están almacenando sin cumplir con las condiciones para garantizar su conservación y por ello se pueden dañar. ¿Por qué? Porque nadie ha sido sancionado por lo que pasó en 2011, así como tampoco nadie fue sancionado por las 100 mil toneladas de alimentos importadas que se pudrieron en los puertos”
Boquiabiertos
La información del hallazgo de un nuevo lote de medicinas vencidas alarmó a las organizaciones venezolanas de Derechos Humanos que en los últimos meses han debido asumir tareas de instancias caritativas, al solicitar y distribuir ayuda. “No es aceptable que hayan comprado medicamentos y que éstos se hayan vencido en los almacenes, pues jamás fueron distribuidos a los centros de salud y a las farmacias para que las personas que los necesitan accedieran a ellos. No es aceptable que en esta situación de dificultad para acceder a las medicinas se hayan dejado vencer miles de ellas”, afirmó Feliciano Reyna, de Acción Solidaria.
Tras informar que en el 97% de las farmacias del país faltan uno o varios medicamentos, el activista indicó que unas cuatro millones de personas están siendo afectadas por la escasez y de que ellas unas 200 mil, que padecen enfermedades crónicas o terminales (cáncer, SIDA, diabetes, esclerosis múltiple, hemofilia, etc), tienen su vida en riesgo.
“No hay antidepresivos y por ello sabemos de casos donde personas que padecen de esta enfermedad y que no pueden desarrollar una vida normal sin medicarse son sedadas”, dijo Reyna, al tiempo que agregó: “Hoy (por el miércoles) tuvimos una reunión con afectados por la escasez de medicinas y una chica trasplantada, a la que su hermano le donó un riñón, terminó perdiéndolo después de seis meses porque no pudo seguir tomando los medicamentos para evitar el rechazo del órgano”. Una situación dramática que Reyna cree que se agudizará en 2017.
Con información de Diario Las Américas