El Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias llama al Presidente en funciones para proponerle una última oferta y Pedro Sánchez vuelve a rechazarla y transmite que «no se dan ni las bases mínimas de confianza ni un planteamiento de un gobierno cohesionado, coherente y con una única dirección, en una legislatura estable, algo que necesita con urgencia España»
El Político
Iglesias está intentando retomar la negociación que el PSOE dio por rota tras la segunda reunión fallida entre los equipos negociadores el pasado martes. «¿Sabe cuántas veces me ha llamado por teléfono desde la investidura fallida? Cero», expresó ayer Iglesias, desde la tribuna del Congreso. «Tendré que llamarle yo», apuntaló.
Iglesias busca el cara a cara con Sánchez porque, como admitió en una entrevista en RT el lunes, cree que fue un «error» no sentarse con Sánchez para la negociación de julio. «Sentémonos usted y yo (…) Sigo en la misma posición, creo que hay una posibilidad de que no haya que llevar al país a elecciones», dijo ayer Iglesias. «Si tiene algo nuevo que plantear, más allá del Gobierno de coalición, convoque a la mesa de negociación», respodió Sánchez lacónico.
Sánchez e Iglesias llevaban sin hablar desde el pasado 20 de agosto, el día que Unidas Podemos presentó un base programática y cuatro alternativas de Gobierno de coalición.
El líder de Podemos valora una oferta de coalición inferior a la de julio para que Sánchez ceda y evitar así otras elecciones generales. Iglesias ofrece a Sánchez que dentro de un año pueda evaluar el funcionamiento de la coalición prescindiendo entonces de los miembros de Podemos y trata de apretar al PSOE antes de que el Rey inicie la ronda de consultas con los líderes de los partidos políticos el lunes y martes de la semana que viene (días 16 y 17).
Pese a la sustancial rebaja de posiciones que plantea Iglesias la respuesta de los socialistas ha vuelto a ser negativa. Según el diario El País, Sánchez «ha manifestado su deseo de tener un gobierno sólido y una legislatura estable y no ir a elecciones generales el 10 de noviembre», pero sin cambiar el discurso en el que lleva desde la investidura fallida.
«El PSOE ha puesto sobre la mesa cinco distintas propuestas, incluido el gobierno de coalición, rechazadas todas por Iglesias», dicen desde el PSOE. Pero lo más relevante es que se rechaza de plano la nueva propuesta de Iglesias. Quien podría aceptar un acuerdo inferior a la vicepresidencia social y los tres ministerios (Sanidad, Vivienda e Igualdad) que les ofreció en julio el PSOE. Esta fórmula serviría para arrinconar a Sánchez y evitar otras elecciones el 10 de noviembre.
Sánchez ha vuelto a decirle a Iglesias que el espacio de negociación son las reuniones de equipos designados por ambos. Se han celebrado dos reuniones en la última semana de nueve horas de duración en total sin que se produzca ningún avance. El presidente en funciones ha transmitido que el PSOE está abierto a dialogar «siempre y cuando se aparquen propuestas que se demostraron inviables, como la coalición».
La opción electoral pasa por coaliciones, negociaciones y acuerdos cuyo cumplimiento no es del todo seguro, Todos los datos y los testimonios discretos de interlocutores del área socialista y
el interés del PSOE por volver a las urnas, aunque el electorado de la izquierda reclama la incapacidad del gobierno y de Unidas Podemos para ponerse de acuerdo. Lo mejor es gobernar, no ir a elecciones, señalan con contundencia en el entorno presidencial
Tampoco la condición de Gobierno prorrogado es la mejor para recibir el próximo octubre la sentencia a los procesados del independentismo catalán pues lo mejor sería que cuando llegue la sentencia, el Ejecutivo esté en plenitud de facultades. La balanza, sin embargo, llevará a Pedro Sánchez a optar por las elecciones si en el otro platillo se mantiene la demanda de Pablo Iglesias de entrar en el Gobierno.
Unas elecciones el próximo 10 de noviembre comportarían riesgos, pero si nada cambia este fin de semana, los partidos deben empezar a afinar los argumentos electorales a un país decepcionado que podría abstenerse o votar “con la nariz tapada”.
Si el PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox, no logran sumar una mayoría para gobernar, tendrán que afrontar una nueva victoria del PSOE y su propia derrota. Creían que Sánchez ya tenía pactado un acuerdo con Podemos, pero no han podido.
Con información de ABC, El País.