Este mes se cumplen dos años del programa gubernamental que busca cambiar 3,5 millones de cocinas de gas por unas eléctricas de inducción. Las metas no se han cumplido y las autoridades quieren impulsar las ventas de la mano del sector privado y con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco del IESS (Biess).
Hasta el domingo pasado se vendieron en el país 432 500 cocinas de inducción y la proyección hasta diciembre próximo es llegar a 600 000, un volumen todavía lejano al millón de unidades que se debía alcanzar al cierre del 2016.
Para impulsar la producción y las ventas de estos electrodomésticos, las autoridades necesitan destinar más recursos para financiar a los potenciales compradores. Este ha sido uno de los puntos débiles del programa oficial, debido a la falta de recursos del Fisco.
El Gobierno ofrece crédito de hasta 36 meses, a través de las planillas de luz, para que los ciudadanos adquieran estas cocinas. Los precios oscilan entre USD 170 y 650, dependiendo si son encimeras o cocinas de inducción con horno. En el mercado existen alrededor de 12 modelos disponibles.
Para garantizar el pago a las empresas comercializadoras y fabricantes nacionales de cocinas de inducción, las autoridades ya cuentan con un crédito aprobado del BID por USD 50 millones.
Además, desde el próximo mes se empezará a financiar la compra de estos electrodomésticos a través de los créditos quirografarios del Biess, informó Pablo Zambrano, gerente del Programa de Cocción Eficiente (PCE).
A lo anterior, dice, hay que sumar los USD 5 millones mensuales que ingresan a las empresas eléctricas del país, producto de las cuotas que pagan los clientes que adquirieron las cocinas de inducción a través de las planillas de luz.
LEA TAMBIÉN: ECUADOR INAUGURARÁ HIDROELÉCTRICA FINANCIADA POR CHINA
Con estas medidas se busca impulsar la producción nacional, la cual tendrá otro incentivo. El Gobierno decidió dejar de importar más cocinas de inducción de China y eso es un alivio para las empresas privadas, que veían en el Régimen un competidor que disputaba parte del mercado nacional.
El plan inicial de las autoridades era importar un millón de cocinas de inducción, para lo cual gestionó un crédito con el Exim Bank de China por USD 250 millones.
En noviembre del año pasado empezaron a comercializarse en el país las primeras cocinas de las marcas Haier y Midea. Hasta la fecha se han vendido 32 600 unidades de un total de 130 000 que se importaron del país asiático. “Eso es todo lo que se ha importado y no vamos a importar más”, aseguró Zambrano, quien añadió que no se llegó a utilizar el crédito del Exim Bank.
Los tiempos de entrega de las cocinas resultaron muy largos y el banco solo financiaba la compra de cocinas si el monto superaba los USD 50 millones. Además, la crisis económica obligó a priorizar la contratación de nueva deuda.
Al final, las 130 000 cocinas chinas costaron cerca de USD 20 millones. Ya se canceló un 40% de abono y la diferencia se está liquidando con recursos del Presupuesto del Estado.
Las autoridades vienen conversando con fabricantes locales para garantizar una variedad de modelos de cocinas de inducción en el mercado, además de precios asequibles.
La capacidad de producción nacional asciende a 1,5 millones de cocinas al año, según cifras oficiales. La firma Induglob puede fabricar 800 000 unidades, según Juan Pablo Vela, gerente de la compañía. Durante este año la empresa ha vendido entre 4 000 y 5 000 cocinas mensuales y prevé aumentar a 15 000 unidades al mes, entre venta directa y a través de distribuidores.
Aunque el objetivo de las autoridades sigue siendo retirar del mercado las cocinas de gas, el plazo para alcanzar esa meta se amplió cinco años. Ya no será el 2018 sino el 2023, señaló Zambrano, pero dependerá de cómo reaccione la demanda.