El presidente interino de Brasil, Michel Temer, confía en que una amplia mayoría del Senado destituirá a la mandataria suspendida, Dilma Rousseff, y que, a partir de la decisión, su gobierno deberá recortar el gasto público y reformar el sistema jubilatorio.
Rafael Rodríguez / El Político
El jefe de gabinete de Temer, Eliseu Padilha, proyectó que una amplia mayoría de los 81 senadores votará por la destitución de la mandataria electa en 2010 y reelecta en 2014: "Debemos tener entre 60 y 63 votos a favor del juicio político; siendo conservador, deberemos tener 61 votos".
Para él, con la confirmación de Temer en la Presidencia, se deberá abordar dos temas principales: "El recorte a la expansión del déficit público y la reforma del sistema previsional".
Sin embargo, el Partido de los Trabajadores, de Rousseff, ha insistido en que "esta es una semana clave para el fortalecimiento o la debilitación de la democracia; esta semana se puede cometer una injusticia con una presidenta honesta, un golpe parlamentario".
La última fase del juicio contra Rousseff comenzará el jueves y se extenderá hasta el miércoles 31. La mandataria destituida necesita que en la moción reciba menos de dos tercios (54) de los votos del total de los senadores para conservar el cargo. Pero hace dos semanas aceptaron la acusación 59 senadores, con lo cual se torna cada vez más difícil la negociación política.
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Con información de Página 12