El jefe de Gabinete de ministros argentino, Marcos Peña, aseguró que el Gobierno de Mauricio Macri cierra su primer año de gestión optimista con la labor realizada y con "una perspectiva clara de crecimiento" para 2017 y restó importancia a quienes les acusan de "gobernar para los ricos".
Peña reclamó en un encuentro con la prensa internacional en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo en Buenos Aires, que esas acusaciones son "un cliché" del anterior Gobierno para justificar "sus problemas de corrupción y de incompetencia para resolver los problemas estructurales" del país.
Insistió por ello en que el presupuesto de 2017 contempla "la mayor proporción de inversión social" en la historia de Argentina y defendió que "hoy es claramente muy mayoritario el respaldo al presidente", no solo de aquellos que les votaron en 2015, sino muchos de los que no llegaron a darles el voto.
El político argentino destacó también que, en comparación a 2014, "por más que los indicadores son prácticamente iguales", Argentina cuenta ahora con "una esperanza" que se debe a la existencia de "una perspectiva clara de crecimiento para 2017″.
"Además, hemos podido resolver los problemas estructurales más complejos de la economía que en otro contexto hubieran llevado a una gran crisis en nuestro país", aseveró en esta reunión con motivo del año que cumplirá la Presidencia de Macri el próximo sábado.
Peña recordó que durante este año han tenido que enfrentarse a factores que "han complejizado la situación claramente", como fueron las fuertes lluvias que asolaron Argentina a comienzos de 2016 o la difícil situación política y económica que está viviendo Brasil, ligado fuertemente al mercado argentino.
El político aseguró en que "la recuperación va a venir" aunque el camino pueda "llevar un poco más de tiempo", ya que insistió en que "es el único camino posible para transformar Argentina" y salir de la situación de "pobreza, desigualdad y falta de desarrollo" que les "aqueja".
Respecto a la oposición, aseveró que "no hay oposición" porque "tiene expresiones muy diversas, fragmentadas", aunque afirmó que uno de los rechazos más claros fue por parte de la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015), "que desde el primer día no quiso transferir el poder y hasta el día de hoy continúa con esa mirada tan particular de la realidad".
Pese a las múltiples protestas, cortes de transportes y concentraciones que han colapsado Buenos Aires en los últimos meses, Marcos Peña destacó que este ha sido uno de los periodos "de menor conflictividad sindical y social en los últimos años" y lo achacó a que la sociedad argentina está "muy alejada del diálogo" y " muy acostumbrada a la confrontación".
Se mostró paciente y defendió que fomentar la "cultura del diálogo" requiere "ir por etapas".
Este optimismo contrasta frente a una encuesta difundida este domingo por el diario Clarín y realizada por la consultora Management & Fit, que reveló que ahora el 43,1 % de los argentinos considera que la gestión realizada por Mauricio Macri fue negativa o muy negativa.
Con información de EFE