El presidente brasileño, Michel Temer, anunció una ampliación de un programa de viviendas populares, mediante el cual su Gobierno pretende valerse de la industria de la construcción civil para ayudar a reactivar la economía y el empleo.
"Lo que se busca (con la ampliación) es la generación de empleo", declaró Temer en una ceremonia celebrada en el Palacio presidencial de Planalto, en la que volvió a expresar su "preocupación" por las más de 12 millones de personas que no tienen trabajo en el país.
Según el mandatario, "uno de los sectores que más fácilmente puede emplear más personas es la construcción civil", por lo que la ampliación de ese plan de viviendas es "una combinación virtuosa de estímulo a un sector con el fortalecimiento de un programa social de una especial relevancia".
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Temer se mostró esperanzado con el rumbo que ha comenzado a tomar la economía brasileña, que desde hace dos años se encuentra en una profunda recesión, y enumeró una serie de datos positivos que, en su opinión, constituyen "pronósticos animadores".
"La crisis está dando lugar a un nuevo clima, de más optimismo y confianza", con la inflación y las tasas de interés en declive y un aumento de las operaciones de comercio exterior, que llevaron a que la balanza comercial del país cerrara 2016 con un superávit superior a los 46.000 millones de dólares, indicó.
"Con todo eso, este año tendremos, con seguridad, una reducción del desempleo", garantizó el gobernante.
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La principal modificación en el programa de viviendas es que se aumenta casi en 50 % el techo del ingreso familiar para acceder al plan, que pasará a ser ahora de 9.000 reales (unos 2.900 dólares).
La intención del Gobierno es que, al ampliar las facilidades, sea mayor la demanda de viviendas, lo cual debería redundar en una mayor actividad del sector de la construcción, con el impacto que ello supone para toda la cadena productiva y la generación de empleos.
La meta del Ejecutivo, según explicó el propio Temer, es que este año sea contratada la construcción de 600.000 viviendas, que tendrán financiación pública y privada con intereses otorgados a tasas preferenciales.
EFE