El gobernador de la Florida, Ron DeSantis, protagoniza una disputa con las líneas de cruceros debido a la solicitud de pruebas de vacuna contra el COVID-19. Esta industria genera directa e indirectamente más de 600 mil puestos de trabajo solamente en el sur de la Florida.
El Político
El pasado mes de abril, el gobernador de Florida respaldó a esta industria, pues desde seis puertos del estado salen los barcos y por tanto generan un impacto en la economía local que interesa a DeSantis. Por esa razón, encabezó una demanda contra los CDC (Centros para el Control de Enfermedades, por sus siglas en inglés) para que autorizaran un protocolo bajo el cual los cruceros pudieran operar, tal como lo hicieron otras industrias en la pandemia.
Florida y la política a favor de la vacunación voluntaria
Parte de las políticas que van con su línea tienen que ver con destacar que la vacunación es voluntaria, respetar a quien decide no inocularse y prohibir a los comercios de Florida que exijan prueba de vacunación. Esta visión va en contra del principio también conservador de autorizar a la propiedad privada a actuar como quieren.
Por lo tanto, DeSantis está en pie de guerra con las líneas de cruceros que, siguiendo los requisitos de los CDC, quieren pedir pruebas de vacunación. Al punto de amenazarlos con una multa de hasta 5 mil dólares por pasajero de cada barco que parta de la Florida en el que se pida prueba de vacunación.
Medidas de los cruceros
Las empresas de crucero están entre la espada y la pared. Por un lado hay requisitos federales, por el otro, la mayor parte de ellas tienen su principal operación en Florida y no pueden arriesgarse a pagar 5 mil dólares por pasajero en multas, sobre todo tras un año de pérdidas millonarias.
La primera línea de cruceros en zarpar desde los Estados Unidos será Celebrity Cruises, la marca de lujo de Royal Caribbean. El primer barco saldrá el 26 de junio desde el puerto de Fort Lauderdale. A dos semanas, aún no está claro cuál será la política con respecto a la vacunación. La casa madre de Royal Caribbean cambió su política de exigir vacunación, a sugerirla con incentivos. Quienes no entreguen prueba de vacunación de manera voluntaria serán considerados como no-vacunados y por ende se expondrán a tener que usar máscaras y someterse a pruebas de COVID-19, cuyo costo tendrán que afrontar de manera independiente.
La pelea está en un punto de tensión, pero se espera que antes de que salga el primer crucero desde la Florida en dos semanas, se llegue a un punto de acuerdo entre el gobierno estatal, el gobierno federal y las empresas.