Con un frente activo en Europa del Este y otro en Oriente Próximo, Estados Unidos busca atraer la mirada de China.
El Político
La administración Biden, que ya coqueteaba con Pekín para relajar las tensas relaciones con el régimen de Xi Jinping, requiere que el gigante asiático se plante ante Rusia e Irán.
Gracias a sus buenos vínculos con Moscú y Teherán, China puede actuar como muro de contención.
En el caso de Rusia, la República Popular podría persuadir a Moscú para que no cumpla con su reiterada amenaza nuclear.
Desde Pekín también pueden ser útiles a la hora de fomentar e, incluso, vigilar un posible acuerdo que frene la guerra que comenzó en Ucrania, tras la invasión de los rusos.
En cuanto a los persas, China puede servir de buen oficiante al momento de conversar con las autoridades de la República Islámica.
A Estados Unidos no le interesa que Irán, una potencia militar y nuclear, participe en primera persona en el conflicto que libran Israel y el grupo terrorista Hamás.
Por ese motivo, China y su gobernante, Xi Jinping, serán ensalzados durante la cita que se desarrollará esta semana en San Francisco.
Se trata de la cumbre anual de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia – pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).
Aunque el evento acogerá a los 21 miembros del APEC, el foco se ubicará, sin duda, sobre el cara a cara entre Joe Biden y Xi Jinping.
El encuentro, que algunos anticipan como poco cálido, permitirá definir la conducta a seguir por Washington y Pekín en medio de grandes desafíos globales.
La mejor impresión posible
Con motivo de la cumbre anual del APEC, la ciudad de San Francisco intenta exhibir sus mejores fachas.
Tanto Gavin Newsom, gobernador de California, como London Breed, alcalde de la ciudad, han trabajado para que la urbe muestre una imagen de orden y pulcritud.
En tal sentido, las autoridades cercaron buena parte de San Francisco con vallas y muros metálicos.
Se trata de un perímetro que busca evitar que posibles manifestantes tenga fácil acceso a las comitivas que serán parte del encuentro.
De igual modo, se ha reforzado la presencia policial. Por estos días, son – y serán – más notorias y numerosas el número de patrullas que circulan por las calles.
Sin embargo, la medida más llamativa ha sido la relacionada con la enorme población de personas sin hogar.
Se estima que California acoge a la mitad de los sintecho que hacen vida en Estados Unidos (alrededor de 170.000 individuos).
Por ser una de sus urbes más importantes, el panorama de San Francisco suele estar acompañado de sujetos que duermen sobre las aceras o en refugios improvisados.
Ni Gavim Newson ni London Breed desean que las delegaciones que visitarán la ciudad atestigüen esa realidad.
Por ello, planean habilitar nuevos refugios que servirán de casa a los sin hogar que vivan cerca del lugar del evento.
De igual forma, se sumarán 300 camas a los albergues que ya existen, con la finalidad de incrementar sus aforos.
Las medidas han generado indignación. En San Francisco están conscientes de que lo que se hace tendrá un efecto temporal.
Por otro lado, algunos residentes creen que las acciones tomadas con motivo de la cumbre pudieron asumirse desde un comienzo, en aras de garantizar la seguridad y el buen vivir de todos los habitantes.