La victoria conservadora apunta a que el Reino Unido saldrá de la UE el 31 de enero de 2020, cuando vence la última prórroga concedida por Bruselas
El Político
El triunfo de Johnson, la mejora del clima comercial entre Estados Unidos y China y el optimismo de la presidenta del Banco Central Europeo impulsan las Bolsas en todo el mundo.
Boris Jonhson anuncia un "nuevo amanecer" para el Reino Unido tras su victoria en las llamadas “elecciones del Brexit", en las que ha logrado la mayoría más aplastante del Partido Conservador desde la era de Margaret Thatcher: 364 escaños frente a 203 del Partido Laborista.
Exultante y triunfalista, con su incorregible sentido del humor, Johnson proclamó a primera hora de la mañana de hoy: "Vamos a culminar el Brexit, pero primero vamos a consumir el desayuno".
"Ha sido una irrefutable, irresistible e indiscutible decisión del pueblo", sentenció Johnson. "Vamos a dejar de lado la miserable amenaza de un segundo referéndum y a recuperar el control de nuestras fronteras, nuestro dinero y nuestro comercio. Vamos a liberar todo el potencial de este país".
Los resultados certifican rotundamente el éxito de Boris Johnson, con su lema "Get Brexit Done" y la misión prioritaria de culminar el Brexit el 31 de enero, ya que sus 630 candidatos firmaron de antemano su apoyo al acuerdo pactado por el primer ministro con Bruselas antes de convocar estas las elecciones.
Esta aplastante victoria, el mejoramiento de las relaciones comerciales entre Estados Unidos de América y China y el optimismo de Christine Lagarde en su primera reunión del consejo de gobierno del Banco Central Europeo impulsaron las bolsas y la libra, moneda oficial del Reino Unido.
Los otros partidos
Estas elecciones anticipadas confirmaron el renovado ascenso del Partido Nacional Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon, que logró 48 diputados con su promesa de un nuevo referéndum de independencia en el 2020.
Sturgeon aprovechó la ocasión para lanzar un órdago a Johnson e interpretar los resultados como "un mandato renovado y reforzado a favor de la independencia".
Jeremy Corbyn, que obtuvo los peores resultados para el laborismo desde 1935, reconoció que había sido "una noche muy decepcionante" y anticipó su marcha paulatina hasta que "se produzca un relevo tras una reflexión interna".
Corbyrn el gran perdedor
Corbyn pinchó estrepitosamente con su decisión de declararse "neutral" ante el Brexit y centrar su campaña en la sanidad pública y las reformas económicas. La mayoría de sus votantes no le han perdonado su ambigüedad en una campaña marcada por la dimisión de su número dos, el moderado Tom Watson.
La debacle del Partido Laborista se tradujo en el derribo del histórico "muro rojo" en el norte industrial de Inglaterra, que se tiñó de azul por el voto favorable al Brexit. Uno tras otro los feudos laboristas cayeron en manos de los conservadores, incluido el viejo distrito electoral de Tony Blair, Sedgefield, que votaba laborista desde 1935. Jeremy Corbyn se consoló apenas con algunos de los bastiones tradicionales en Londres, mientras sus posibles sucesores (Keir Starmer, Emily Thornberry) traman ya el asalto al poder y viraje el partido hacia posiciones más moderadas tras el fiasco final del corbynismo al cabo de cuatro años.
Los liberales sólo con once diputados
Por su parte, con tan solo 11 diputados, el Partido Liberal Demócrata experimentó una severa derrota con su mensaje "Stop Brexit" y su líder Jo Swinson presentó sobre la marcha su dimisión. Swinson, de 39 años, no ha sabido capitalizar el voto de la permanencia.
Llegó con su novia Carrie Symons
Bajo un cartel donde podía leerse "El Gobierno del pueblo", Boris Johnson prometió dirigir el país bajo los principios del conservadurismo moderado de "una nación". El "premier" regresó a Downing Street acompañado por su novia Carrie Symonds y prometió iniciar la ofensiva final para aprobar el Brexit en el Parlamento la próxima semana, tras el nuevo discurso de la Reina del 19 de diciembre.
El balance de la noche electoral refleja cómo la ola azul conservadora ha derribado el "muro" rojo laborista en prácticamente toda Inglaterra y gran parte de Gales, mientras que Escocia e Irlanda del Norte despuntan como los dos grandes obstáculos para Boris Johnson en sus cinco años de mandato.
El Partido Conservador logró al final el 45% de los votos y marcó una distancia de 12 puntos sobre el Partido Laborista (33%), superior a la que vaticinaron las encuestas. El Partido Liberal Demócrata cayó hasta el 11% y el Partido del Brexit de Nigel Farage, vencedor en las últimas elecciones europeas, apenas logró el 2% de los votos.
Felicitación de Trump y reacción de la UE
Donald Trump se ha lanzado a felicitar a su colega británico por su "gran" victoria, y ha avanzado que ahora Reino Unido y EEUU son libres para acordar un nuevo tratado comercial después del Brexit.
Por su parte, los dirigentes europeos pretenden encargar a Michel Barnier una relación comercial estrecha con Reino Unido tras la victoria de Johnson con la vista puesta en la salida ordenada de la UE el próximo 31 de enero.
"Estamos preparados para las próximas etapas, vamos a ver si es posible para el Parlamento Británico aceptar el acuerdo de retirada y tomar una decisión", ha dicho el nuevo presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El alza de las bolsas europeas
Los dos factores que más han desestabilizado los mercados a lo largo de 2019 son precisamente los que este viernes impulsan las principales bolsas europeas. De un lado, la victoria de Boris Johnson en las elecciones que se celebraron ayer, y por el otro, el acuerdo de tregua alcanzado entre EEUU y China en su guerra comercial que deja sin efecto los aranceles de más de 150.000 millones de euros que debían entrar en vigor este fin de semana.
A esto se agrega el optimismo de Christine Lagarde en su primera reunión del consejo de gobierno del BCE.
El Ibex 35, el principal indicador de la Bolsa española, ha iniciado la sesión al alza, con una subida por encima del 1,5%, al hilo del resto de parques europeos, que han heredado las subidas registradas en Asia.
Además, la libra también reaccionó con una fuerte subida, situándose en 1,35 dólares, el nivel más alto desde mayo de 2018, y frente al euro (1,207 euros por libra, máximo desde 2016).
El resto de países europeos también cotizan al alza. En Londres, el FTSE sube un 1,5%, mientras que el Dax de Francfort gana un 1,2%, un 1% el MIB de Milán y un 1,1 el Cac de París. Por su parte, las bolsas asiáticas también han celebrado este avance entre las potencias, con lo que el Nikkei japonés cerró la sesión del viernes con una subida del 2,55 % y el Hang Seng, del 2,24 %.
Panorama de la economía británica
Ya tras conocerse los primeros sondeos que daban una holgada mayoría absoluta a Boris Johnson, la libra comenzó una escalada que la situó en su nivel máximo en muchos meses frente al euro y el dólar, alcanzando una cotización de 1,207 euros por libra que no se había visto desde 2016, justo después del referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Frente al dólar, la divisa británica subió un 2,7% y se situó en 1,35 dólares por libra, el nivel más alto desde mayo de 2018.
Finalmente, la Bolsa de Londres no ha sobrerreaccionado, pero ante la contundencia de la victoria de Boris Johnson se esperaba una fuerte subida, sobre todo en algunos valores, como los relacionados con la construcción, el sector inmobiliario, las grandes distribuidoras de alimentos y las empresas de los cinco sectores que el Partido Laborista pretendía nacionalizar: agua, energía eléctrica, transporte ferroviario, correos y la banda ancha de Internet, así como los servicios financieros.
El sector financiero apostaba por Johnson ya antes de que su victoria se confirmara. La amplitud de su triunfo es contemplada como muy positiva debido fundamentalmente a tres razones.
Primero, porque acaba con la incertidumbre que desde hace tres años vive este país debido al debate sobre el Brexit: ahora se sabe que la salida del Reino Unido de la Unión Europea se consumará dentro de apenas unos días. Segundo, porque impide la llegada del laborista Jeremy Corbyn al poder, que había asustado al poder empresarial y financiero con un radical programa de izquierdas que incluía nacionalizaciones y amplias subidas de impuestos. Y, tercero, porque otorga a Boris Johnson un amplio margen de maniobra para negociar el año que viene un tratado comercial con la Unión Europea.
Este último punto se considera crucial en el mundo económico británico para el que el Brexit es un contratiempo muy fuerte pero ya inevitable y lo importante ahora es que la salida de Europa se haga de la manera más suave y manteniendo la mayor cantidad de vínculos en el futuro.
El mundo económico británico entiende que, al haber obtenido una mayoría parlamentaria tan amplia, Boris Johnson no dependerá tanto del ala más derechista de su partido, que defiende que el Reino Unido se acoja a las reglas de la Organización Mundial de Comercio y no firme ningún tratado con la UE que pueda limitar su capacidad de maniobra en el resto del planeta.
Así, Johnson tendrá las manos libres para romper su promesa de que no prorrogará las negociaciones comerciales con la UE más allá del 31 de enero de 2020, un plazo que se considera extraordinariamente corto para negociar en serio un tratado comercial ambicioso.
Un primer ministro carismático
El premier se ha empeñado en realzar su perfil de hombre pragmático y capaz de dar "resultados" con un lema muy simple: Get Brexit done.
Decidido, fuerte, simpático, carismático, incompetente, deshonesto, falso, poco de fiar son algunas de las formas como definen los británicos a Boris Johnson, al cabo de más de cinco meses vividos peligrosamente como primer ministro y ante la auténtica prueba de fuego de su carrera política, a sus 55 años y con el Brexit convertido en su obsesión personal.
La encuesta fue realizada por la BBC, la ITV y Sky News con miles de votantes en 144 distritos electorales.
La elección accidental de Johnson como líder conservador, tras la caída de Theresa May, se produjo con el voto exclusivo de los 100.000 votantes conservadores. Lo que Boris necesitaba, y lo que llevaba pidiendo a gritos desde su entrada en Downing Street, era precisamente el baño de masas de una campaña en la que le hemos visto disfrazado de mecánico, poniéndose el casco de obrero, repartiendo leche por la mañana y tirando de la cuerda frente a un toro.
Sus "actuaciones" han surtido efecto: el 46% de los británicos reconoce a estas alturas su "simpatía" ante el líder conservador, frente al 41% que muestra abiertamente su "antipatía", según un sondeo de YouGov que confirma en cualquier caso lo que todos sabíamos: Boris es como la "marmita", esa pasta marrón y de potente olor, obtenida como subproducto de la cerveza, que provoca pasiones y odios enconados entre los británicos.
Unos le siguen viendo inevitablemente como el Trump británico (pese a su calculadísimo esfuerzo de no salir en la foto con él). Otros perdonan todos sus defectos y alaban ese ímpetu que ha permitido la resurrección del Partido Conservador, reconvertido en el auténtico Partido del Brexit y robando el mensaje al mismísimo Nigel Farage.
"Boris es un hombre que no cumple la palabra", acaba de decir Arlene Foster, líder del Partido Unionista Democrático (DUP), que acusa a Johnson de "traición" por sacrificar a Irlanda del Norte en su acuerdo con Bruselas. Hasta sus más consumados aduladores admiten, efectivamente, que Boris no es un hombre que inspire "confianza". Muchos cuestionan su "integridad" y su doble moral, y se remiten a su turbulenta vida personal: de las continuas infidelidades durante sus dos matrimonios a la bronca por la mancha del vino en el sofá con su novia Carrie Symonds.
Consciente de sus talones de Aquiles, Johnson se ha empeñado en realzar su perfil de hombre pragmático y capaz de dar "resultados", como lo demostró durante sus ocho años en la alcaldía de Londres (2008-2016). Pese a que su primer patinazo como "premier" fue no cumplir la salida de la UE en la fecha estipulada (31 de octubre), toda su campaña se ha cimentado en un lema así de simple: "Get Brexit done" (esta vez con la línea de meta del 31 de enero).
Muchos ven su actitud hostil y beligerante con el Parlamento durante sus dos primeros meses como un anticipo de lo que se avecina. Con el respaldo de las urnas y con una mayoría absoluta, se temen, Boris Johnson podría portarse como un auténtico déspota y propiciar un definitivo "décollage" de Europa y un viraje de la sociedad británica hacia el modelo americano (al fin y al cabo nació en Nueva York).
(Con información de Deutsche Welle, El Mundo, El País)