Este martes se conoció que el guardameta brasileño Bruno Fernández recibió un contrato del equipo Boa Esporte luego de ser liberado de la cárcel donde cumplía condena por el asesinato de la modelo Eliza Samudio.
Redacción El Político
En efecto, el jugador pudo dar este paso luego de beneficiarse de una medida de libertad concedida por el magistrado Marco Aurelio Melo, quien la justificó alegando que el exjugador está esperando desde hace más de seis años que los tribunales se pronuncien sobre su recurso a la condena.
La decisión levantó una oleada de críticas en Brasil, país con una de las tasas de feminicidios más altas de Latinoamérica, según datos de Amnistía Internacional.
Diversos grupos defensores de los derechos de las mujeres han rechazado la noticia: "Las mujeres estamos realmente indignadas y el público en general también", aseveró al portal UOL la profesora universitaria y activista feminista Djamila Ribeiro.
Sin embargo, parte de la fanaticada sí aplaude el regreso a las canchas de uno de los jugadores más populares de Brasil. El presidente del Boa Esporte declaró en un comunicado que Bruno ya recibió su castigo y que el club le está ayudando a que se rehabilite en la sociedad civil ofreciéndole "un trabajo y dignidad para su vida", reseñó RT.
En rechazo al fichaje, varios de los patrocinadores del Boa Esporte tomaron la decisión de terminar con su apoyo al club, mientras que unos desconocidos ‘hackeraron’ su página oficial como medida de protesta.
Site oficial do Boa Esporte é hackeado após contratação do goleiro Bruno #globoesporte https://t.co/FZpFPACmbi
— Boa Esporte Clube (@Boa_Esporte) March 12, 2017
El guardameta, de 32 años, estuvo preso desde 2010 y fue condenado en 2013 por un juzgado de primera instancia a 22 años y tres meses de cárcel por el asesinato de Eliza Samudio, su pareja y madre de su hijo, una modelo que tenía 25 años cuando desapareció en junio de 2010.