El "nuevo juguete" de los CEOs y directivos de empresas tecnológicas es la fusión nuclear. De hecho Sam Altman, Jeff Bezos, Peter Thiel, Bill Gates y Marc Benioff son algunos de los que apuestan por que el objetivo de décadas de construir reactores de fusión "está a pocos años de hacerse realidad".
Mario Beroes/El Político
Startup de fusión nuclear
Sam Altman, CEO de OpenAI, la startup de inteligencia artificial que parece sacada de la ciencia ficción, está apostando a la edificación de empresa que lleve a la creación de una startup de fusión nuclear, que ya hasta nombre tiene: Helion Energy Inc.
Altman dice que "hay que aprovechar el proceso que impulsa el sol y las estrellas para producir energía casi ilimitada".
“Es el santo grial. Es el unicornio mítico”, afirmó por su parte Marc Benioff, director ejecutivo de Salesforce Inc, que invirtió en la empresa derivada del Instituto Tecnológico de Massachusetts Commonwealth Fusion Systems, cuyo objetivo es crear centrales eléctricas compactas.
Por cierto, también Bill Gates es inversor en esta empresa.
Por qué es importante
La fusión se considera desde hace tiempo una alternativa energética limpia a las fuentes que queman combustibles fósiles y liberan gases de efecto invernadero.
Otras tecnologías y aplicaciones que se están desarrollando en la carrera por la energía de fusión incluyen potentes imanes, mejores láseres o radioterapia para la investigación del cáncer.
La fusión, añadió Benioff, “no tiene límites si se consigue que funcione”.
Los desarrolladores, principalmente en EEUU, Canadá y Europa, están en plena efervescencia desde agosto de 2021, cuando científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore estuvieron a punto de conseguir más energía en una reacción de fusión que la que se conseguía con láseres, un objetivo conocido como ganancia neta.
El viejo dicho sobre la fusión es que es un espejismo a años de distancia y siempre lo será. Es una apuesta arriesgada incluso en el mundo de la financiación de riesgo.
Benioff dijo que lo convenció Vinod Khosla, cofundador de Sun Microsystems, uno de los primeros inversores en fusión privada, históricamente reservada al mundo académico y a los laboratorios nacionales.
El interés de Khosla dependía de la capacidad de construir un gran electroimán superconductor de alta temperatura.
Dedicó 15 meses a la diligencia debida y contrató a tres equipos para evaluar el diseño antes de invertir.
Piensa que deberían probarse varios diseños de fusión y está invirtiendo en otra empresa, Realta Fusion, una spinout de la Universidad de Wisconsin-Madison.
“Incluso si solo uno de ellos funciona, para mí el planeta estará mucho mejor”, afirmó Khosla.
Conclusión
Como inversor, Khosla ve la fusión de esta manera: “Financieramente, o pierdes una vez tu dinero o puedes ganar mil veces tu dinero”, dijo Khosla. “Ésa es la matemática de la fusión”.
Empresas industriales, grandes petroleras y fondos soberanos respaldan los esfuerzos junto con el Departamento de Defensa, que busca un sistema de energía del tamaño de una tostadora para la propulsión de satélites.
“Hay una probabilidad razonable de que al menos una, quizá dos empresas, demuestren las condiciones de la fusión en esta década”, declaró Ernest Moniz, director ejecutivo del grupo de investigación sin ánimo de lucro Energy Futures Initiative y antiguo Secretario de Energía de Estados Unidos.