Las fuerzas de seguridad de México rodearon el campamento de migrantes haitianos en Ciudad Acuña, forzando a muchos a cruzar el río Grande hacia Texas.
El Político
En los últimos días hasta 15,000 migrantes se concentraron en el puente fronterizo de la ciudad texana de Del Río, pero ante la operación masiva de deportación emprendida por el Gobierno de Joe Biden, muchos decidieron volverse a México para evitar ser trasladados en avión hasta la isla caribeña.
Esta mañana, camiones de la policía estatal mexicana se ubicaron entre el río Grande y las tiendas de campaña de los migrantes acampados en Ciudad Acuña, al otro lado de la frontera de Texas, mientras un helicóptero sobrevolaba el área, reportó Telemundo.
Fuerzas mexicanas
Más tarde, personal del Instituto Nacional de Migración mexicano acudió al campamento para tratar de convencer a los migrantes de instalarse en un albergue de la ciudad para posteriormente trasladarlos a Tapachula, en el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala.
Sin embargo, la mayoría no quieren abandonarlo por temor a ser enviados a Haití. "Tenemos miedo a que nos deporten", dijo un migrante.
A primera hora del día, la entrada al campamento quedó bloqueada por tropas de la Guardia Nacional mexicana y agentes de inmigración, además de tres autobuses. El habitual murmullo matutino del campamento se silenció cuando los migrantes trataban de decidir qué hacer.
Operativos de las fuerzas de seguridad de México
El operativo de las autoridades mexicanas parecía diseñado para desalojar a los migrantes o hacerlos retroceder a través del río hacia Texas. Una línea de vallas y la línea de vehículos de la policía estatal canalizaba a los migrantes de vuelta al punto de cruce que habían estado utilizando durante toda la semana para pasar de un país al otro.
Tras unos angustiosos minutos de indecisión, decenas de familias optaron por meterse en el río y cruzar por un punto en el que sólo había un vehículo de la policía municipal.
Guileme Paterson, una haitiana de 36 años, parecía aturdida. “Es un momento difícil”, dijo a la agencia de noticias antes de empezar a cruzar el Río Grande con su marido y sus cuatro hijos.
“Mal, mal, mal, las cosas van mal”, dijo Michou Petion, llevando a su hijo de 2 años en brazos hacia el río. Su marido llevaba bolsas con sus pertenencias y varios pares de zapatillas colgando del cuello.
“Estados Unidos está deportando mucho a Haití, ahora no sé si puedo entrar o salir”, agregó.
Gobiernos quieren poner fin a la situación
Ambos Gobiernos parecen cada vez más ansiosos por poner fin a la llegada masiva de migrantes, aún cuando la estrategia estadounidense; de expulsar a los haitianos a su país ha generado un amplio rechazo contra el Gobierno de Joe Biden.
El Departamento de Estado está negociando con Brasil y Chile para permitir el regreso de algunos haitianos que antes residían en esos países; pero el proceso es complejo porque algunos ya no tienen estatus legal allí, dijeron los funcionarios.
El hasta ahora enviado especial de la Administración para Haití, Daniel Foote, renunció en protesta por las “inhumanas; expulsiones a gran escala de migrantes haitianos, mientras que siguen resonando las imágenes de agentes fronterizos a caballo; tratando de frenar el cruce de migrantes con tácticas agresivas.