Se relanza el diálogo en Venezuela. La dictadura socialista de Nicolás Maduro y la oposición, representada por la Plataforma Unitaria Democrática, retomarán sus conversaciones.
El Político
La noticia, divulgada en un principio por la agencia Reuters, la confirmaron seis fuentes familiarizadas con el asunto. Los mismos informantes comentaron que la vuelta a la mesa de negociación será posible gracias a la presión ejercida por Estados Unidos.
Desde 2022, representantes del “madurismo” y enviados de la administración Biden sostienen contactos directos, con la intermediación de Catar. Washington ha prometido al chavismo levantar varias de las sanciones que pesan sobre el régimen.
La suspensión de penalidades, han dicho desde la Casa Blanca, sólo se hará efectiva si Nicolás Maduro y su entorno avanzan por una senda democrática. En el panorama están las elecciones presidenciales de 2024.
Tanto la oposición venezolana como el Ejecutivo estadounidense buscan que los comicios transcurran en condiciones normales, con transparencia y verificación internacional. Las últimas votaciones, ganadas por Nicolás Maduro, se desarrollaron en 2018.
Aquellas elecciones no tuvieron reconocimiento de quienes adversan al chavismo ni de la comunidad internacional. La jornada electoral se dio en medio de inhabilitaciones políticas y sin la presencia de observadores llegados de otros países.
En dos semanas, la oposición efectuará una primaria para escoger al candidato que competirá con Maduro. Washington espera que los comicios, que se llevarán a cabo el 22 de octubre, puedan realizarse sin interferencias de la dictadura.
Otro punto de honor para Estados Unidos y la Plataforma Unitaria Democrática es la liberación de presos políticos. Organizaciones no gubernamentales que llevan registros independientes señalan que cerca de 300 venezolanos se encuentran en las mazmorras chavistas.
El diálogo entre el “madurismo” y sus adversarios se lanzó, por vez primera, en agosto de 2021. Las conversaciones empezaron a desarrollarse en México, gracias a los buenos oficios de ese país y a la intermediación del Reino de Noruega.
El último contacto se dio en noviembre del año pasado, cuando las partes acordaron la liberación de fondos venezolanos que permanecen congelados en el exterior.
El dinero (entre 3.000 y 5.000 millones de dólares) sería administrado por Naciones Unidas y usado en tareas humanitarias.
Desde la última reunión – y pese a los reiterados llamados de la oposición – ni el régimen ni sus adversarios se han visto las caras.
El objetivo del “madurismo”, tras la reactivación de las negociaciones, será lograr que Estados Unidos amplíe las licencias que permiten a empresas como Chevron hacer trabajos de exploración y perforación de pozos petroleros.
El crudo, que bajo excepciones del Departamento del Tesoro puede ser exportado a la Unión Americana, no le genera ingresos al régimen, pero sí le permite cancelar parte de su deuda con las compañías petroleras.