En un día gris plomo, sobre las tres de la tarde, alguien acercó al control policial un ramo de flores, modesto y tricolor, pero los policías no supieron qué hacer con él. Luego llegarían más y se apilarían en la esquina discreta de una calleja vecina. Para entonces la calle estaba acordonada y los vehículos que estorbaban habían sido retirados. Un perro de desactivación de explosivos había olfateado cámaras, trípodes y mochilas de los periodistas que montamos guardia enfrente del portal.
El Político
Macron, en un discurso de marcados acentos gaullistas, rinde homenaje al político que encarnó "una cierta idea de Francia" y, con menos justificación "una cierta idea de Europa". Los afines al ex presidente elogian sus virtudes políticas, sus rivales las humanas y Jean Marie Le Pen expresa su "respeto" como "enemigo"
Bandera francesa a media asta en Metz mientrs clase política despide a Chirac, un "luchador", un "hombre de Estado" y un "referente" para la sociedad
Francia se dispone a despedir a su ex presidente, Jacques Chirac. Lo anunció su lejano (en el tiempo) y cercano (en el afecto) sucesor, Emmanuel Macron. En una alocución en directo, llena de emoción, el presidencia tomó prestada del general De Gaulle una de sus frases más célebres para atribuir a Jacques Chirac "una cierta idea de Francia" y, forzando la interpretación, "una cierta idea de Europa".
Todos los líderes políticos elogian la figura de Jacques Chirac, fallecido tras una larga carrera -12 años en la presidencia, 18 en la alcaldía de París- y unos años finales en los que su decadencia física le hicieron desaparecer del escenario. Amigos y afines destacaron su virtudes políticas; los rivales, las humanas. Jean Marie Le Pen, al que combatió siempre con firmeza dijo del finado: "Muerto, hasta el enemigo merece respeto".
Hombre de estado podría ser el sustrato común. Pero quien quiso expresar lo que Chirac debía significar para Francia fue su sucesor, Emmauel Macron se mantuvo en silencio total durante varias horas hasta aparecer en todas las televisiones a las 8 de la tarde. Macron, de luto, serio, compareció con tristeza y emoción. Hizo un guiño desde sus primeras palabras -"Queridos compatriotas"-, fórmula que el propio Chirac empleaba en sus intervenciones.
"Entra en la Historia y nos faltará a todos nosotros" dijo Macron que mencionó a todos los presidentes de la V República. Glosó su carácter de "jefe" que "representó a la nación en su diversidad" y "la protegió frente a los odios". Una alusión a la firmeza de Chirac frente a la extrema derecha, hoy gran rival del actual presidente. "Un hombre de Estado al que queríamos tanto como él a nosotros".
Los 40 años en la vida política hicieron del fallecido un "rostro familiar en el que nos reconocíamos" señaló Macron, desde el Elíseo, con las banderas de Francia y de Europa, al fondo. Entroncando el elogio fúnebre con su actual combate, Macron le atribuyó su afinidad con una "Europa protectora anclada en el eje franco alemán". E. Incluso destacó que "supo ver el reto del medio ambiente. "La tierra arde" fue su grito" dijo Macron, convertido a la lucha contra el calentamiento global"… desde que los ecologistas lograron un 13% en las europeas.
Chirac pasó sus últimos años en el número 4 de la rue de Tournon que culmina en el Senado, junto al Jardín de Luxemburgo y arranca cerca del cruce del Odeon en el Boulevard Saint Germain. Allí le visitó el presidenteal poco de llegar al poder. Los Macron invitaron poco después, en julio de 2017, a almorzar en el Elíseo a su esposa Bernadette. Al término del ágape, todos los empleados del palacio presidencial de los tiempos de los Chirac aparecieron tras una cortina para saludar a Bernadette.
Chirac habitaba en la actualidad en una propiedad del millonario François Pinault. El portón granate, entre una tienda de vinos y una de rosas, se abre a un patio donde el ex presidente y su esposa recibían cuando el tiempo era bueno a los últimos fieles.
Apenas un par de decenas de personas se pararon en la valla policial. Los homenajes vendrán en los próximos días. El Elíseo abrirá sus puertas esta noche para recoger las condolencias de los franceses. El lunes ha sido declarado día de duelo nacional y un servicio religioso solemne será oficiado por el arzobispo de París, Michel Aupetit. Tendrá lugar en San Sulpicio, una de las iglesias más grandes de la capital, cuya catedral de Notre Dame está cerrada desde el incendio.
La Torre Eiffel no ha encendido sus luces esta noche y la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, dispondrá en la explanada del Ayuntamiento un homenaje audiovisual a su predecesor. "París está en duelo", sintetizó la primera edil.
Antes que Macron expresaron sus sentimientos otros dos presidentes con los que peleó en vida Chirac. Su predecesor (con François Mitterrand entre ambos), Valéry Giscard d’ Estaing se ciñó fríamente al protocolo de expresar su "emoción" personal y transmitir sus condolencias a la familia. Su sucesor Nicolas Sarkozy fue más locuaz y destacó su defensa de "la independencia nacional" y su "compromiso europeo".
El socialista François Hollande, con el que tenía mucho mejor relación el finado, destacó la "relación personal que supo establecer con los franceses". Y su olfato político que le hizo ver "antes que otros el reto del calentamiento global".
En general, los afines glosaron sus virtudes políticas y sus rivales, las humanas. El primer ministro, Edouard Philippe, saludó a "un hombre que contó en la vida del país". El último candidato (fallido) a la presidencia surgido de su familia política, Francois Fillon le definió como "un león de la política". El socialista Lionel Jospin, que fue su primer ministro y rival en la carrera presidencial destacó su "cordialidad". La también candidata socialista a la presidencia, Ségolène Royal, subrayó su "cortesía". El líder de la extrema izquierda, Jean Luc Mélenchon glosó que supo "querer a los franceses mejor que otros". Marine Le Pen estuvo menos adusta que su padre al que sucedió en el liderazgo de la extrema derecha y alabó que evitó sumar a Francia a la guerra de Irak.