Una nueva propuesta de reforma a las Fuerzas Armadas fue presentada en la Asamblea Nacional. En el texto se topan nuevamente las diferencias entre tropa y oficiales.
Esta vez, la polémica se centra en la formación académica de los militares de alto rango y de los soldados de tropa. Por ahora, 18 asambleístas de Alianza País respaldan la propuesta del legislador oficialista Octavio Villacreses, quien el 2 de septiembre presentó el proyecto de Ley Reformatoria a la Ley de Personal de las Fuerzas Armadas.
En el documento de siete páginas se explica, entre los motivos, que las FF.AA. tienen institutos de formación “que de manera equivocada” están divididos para oficiales y personal de tropa. Según el texto, esto genera “discriminación” y por eso proponen que esos centros sean fusionados con las mismas “atribuciones, competencias, capacidades, patrimonio y personal administrativo”.
El ministro de Defensa, Ricardo Patiño, fue consultado por esta propuesta el pasado 27 de octubre, mientras asistía a una ceremonia militar en Quito. El funcionario dijo desconocer de un nuevo texto que reforme la Ley de Personal de las FF.AA y aclaró: “Esa iniciativa no ha salido de nosotros”. Pero, ¿en qué se diferencia la formación de los uniformados? En el país existen tres escuelas para oficiales y cinco para tropa.
Así está establecido en la Dirección de Educación y Doctrina de las FF.AA. Personal del Comando Conjunto amplió esta aclaración y dijo que la formación del aspirante a oficial es más rigurosa que la de tropa, pues en la Marina, FAE y Ejército, la formación dura cuatro años.
Por eso, cuando se gradúan los subtenientes lo hacen con una licenciatura en Ciencias Militares, mientras que el personal de tropa obtiene una tecnología por los dos años de preparación académica. Por eso creen que la propuesta del asambleísta Villacreses difícilmente se concrete.
Algo similar opina el coronel en servicio pasivo Alberto Molina, representante del Frente de Apoyo a las Fuerzas Armadas. El oficial rechaza la propuesta del legislador, pues asegura que se debe analizar a profundidad la profesión militar. Cuando este Diario quiso hablar con el asambleísta Villacreses, dijo que no podía por la muerte de su compañero Fausto Cayambe.
Luego no contestó su teléfono. Molina, en cambio, cuestiona el proyecto porque en ocho de los nueve artículos del documento se pide que se cambien las palabras oficiales y personal de tropa por personal de las Fuerzas Armadas. Según el Coronel, no hay FF.AA. en el mundo que no estén jerarquizadas.
Esto lo corrobora Juan Robalino, directivo de la Asociación Nueva Visión, organización que agrupa a más de 5 000 uniformados en servicio activo y servicio pasivo de tropa. Para él, la jerarquía no debe desaparecer. Sin embargo, sí está de acuerdo en la propuesta para mejorar la capacitación de los soldados de bajo rango, pues dice que deben tener la oportunidad de estudiar dos años más, para sacar un título de tercer nivel.
Esta, precisamente, es otra de las propuestas que abarca el nuevo proyecto, ya que en el texto se detalla que las FF.AA. “garantizarán” que los soldados con al menos cinco años de servicio puedan iniciar o seguir una carrera en una institución pública de las Fuerzas Armadas. La idea, según el texto de Villacreses, es que los militares tengan una opción para entrar a la vida civil cuando se retiren. En la exposición de motivos de la propuesta se detalla que en la actualidad los soldados tanto de tropa como de oficiales que se jubilan salen como bachilleres.
Esto “reduce sus posibilidades de insertarse en el mundo laboral”. Para los asambleístas Diego Veintimilla y Blanca Argüello, que respaldan la propuesta, el texto presentado por su compañero de bancada aún debe pulirse. Además, aclaran que no es un documento definitivo. Ellos coinciden en que la capacitación de los militares debe ampliarse a otras áreas, para que en su retiro puedan tener más oportunidades.
Pero no están del todo de acuerdo con la eliminación de las palabras oficiales y tropa. Lo mismo con la unificación de centros de estudio, pues afirman estar conscientes de que las obligaciones de oficiales y del personal de tropa son distintas. Esto también es rechazado por el general en retiro y actual asambleísta René Yandún. El legislador dice que cada escuela militar tiene distinta formación.
“Los soldados son preparados para diferentes funciones”, señala. Además, explica que técnicamente esto no se puede hacer, pues en el caso de la Fuerza Naval existen dos escuelas para el personal de tropa. Los unos se capacitan para estar en la parte logística y operativa de las embarcaciones y otros, fuera de ellas.
En la Fuerza Aérea sucede algo similar. Existen soldados que se preparan para pilotos y otros para ser técnicos de aviones. Otros militares activos también aseguran que el acceso a la educación universitaria ya existe, pues en la Espe (Universidad de las Fuerzas Armadas) los uniformados estudian profesiones de tercer nivel, como ingenierías y licenciaturas.
Con información de El Comercio