El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, envió un correo electrónico a su personal el sábado asegurándoles que su seguridad es “la máxima prioridad” después de que el expresidente Donald Trump llamara a sus seguidores a protestar por su acusación supuestamente inminente.
El Político
“No toleramos los intentos de intimidar a nuestra oficina o amenazar el estado de derecho en Nueva York”, dijo Bragg en el memorando, que NBC News obtuvo de un alto funcionario de la oficina del fiscal de distrito de Manhattan.
La oficina de Bragg ha estado investigando la conexión de Trump con un pago de dinero secreto hecho a la estrella porno Stormy Daniels durante su primera candidatura a la presidencia en 2016.
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"Nuestros colegas de las fuerzas de seguridad se encargarán de que cualquier amenaza específica o creíble contra nuestra oficina sea investigada a fondo, para que las 1.600 personas que trabajamos aquí lo hagamos en un entorno seguro", dijo el fiscal a sus empleados a través de un memorándum interno publicado por el portal Politico.
El fiscal no menciona por nombre a Trump pero se refiere a una "investigación en curso desarrollada por esta oficina" y reitera su compromiso para "aplicar la ley de manera justa y equitativa".
De igual modo, pide a sus subordinados que se limiten a hablar en público "solo cuando resulte apropiado".
Trump se declaró este sábado convencido de su arresto el próximo martes en el marco de la investigación en su contra por el presunto pago de un soborno a la actriz de cine porno Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels.
"Me arrestarán el martes", ha asegurado Trump a través de su red social Truth Social en un mensaje en el que cita una "filtración ilegal" sin dar detalles sobre su origen, antes de llamar a sus seguidores a "protestar" para "recuperar el país".
En línea con sus tradicionales teorías infundadas de la conspiración, el expresidente asegura que la Fiscalía del distrito de Manhattan que lleva la investigación en su contra está financiada por el inversor húngaro George Soros, objeto habitual de críticas de movimientos ultranacionalistas como los defendidos por Trump durante su mandato.
La Fiscalía había ofrecido a Trump la posibilidad de declarar en este caso de presunto soborno y en el que su abogado, Michael Cohen, fue parte instrumental al entregar a Clifford unos 130.000 dólares para callarse que mantuvo supuestas relaciones con el magnate hace casi 20 años; una gestión realizada de manera irregular al quedar escondida en las cuentas de la Trump Organization, la compañía de Trump, durante la campaña electoral de 2016.
Fuente: El Confidencial