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El hombre, identificado sólo como Zeng, tenía 33 años cuando en 2005 mató a un tío de su esposa, tras una pelea por 500 yuanes (unos 60 dólares), y de inmediato huyó de su aldea. Ya en otra provincia, halló trabajo en una obra en construcción, se casó nuevamente y tuvo un hijo. Y para no ser descubierto, todos estos años fingió ser mudo.
Pero la policía local finalmente sospechó algo en Zeng por no tener documentos de identidad, y lo detuvo a principios de este año. En el empeño de determinar quién era, en octubre pasado se le tomaron muestras de sangre para un análisis de ADN, y así descubrió la policía que su ‘huella genética’ se parecía mucho a la de los padres de un asesino buscado durante 12 años.
Zeng finalmente confesó por escrito.
Según la policía, el permanecer durante tantos años callado y sin emitir voz alguna atrofió completamente las cuerdas vocales de Zeng.
Cuando los detectives le preguntaron por qué había elegido no hablar durante tantos años, respondió por escrito: “Cuanto menos digo, menos posibilidades tengo de cometer un error”.
vía RT