Los mercados no están pasando por un buen momento. Su rumbo está muy condicionado a las decisiones que tome esta semana la Reserva Federal de Estados Unidos sobre las tasas de interés.
El Político.-
Los inversores esperan de forma casi generalizada que el instituto emisor indique que subirá las tazas de interés en marzo y la posibilidad de un fin anticipado de las compras de activos con el fin de aplacar la inflación del 7%, que supone máximos desde 1982.
Con crecimiento y pleno empleo en EEUU, el banco central que lidera Jerome Powell debe aclarar su escenario para el resto del año.
Si terminará 2022 con tres o cuatro aumentos de los tipos, como descuenta el mercado, y si empezará este mismo ejercicio a recortar su balance de 8,8 billones de dólares como dejaron entrever las actas de la reunión de diciembre de la Fed.
El balance de la Reserva Federal supone más del 40% del PIB de Estados Unidos y en la práctica reducir este importe supondría dejar de comprar los vencimientos de deuda que terminan.
“Entendemos que tanto la Fed, en su comunicado, como su presidente, Jerome Powell, tras la reunión y en rueda de prensa, tratarán de aclarar este punto, intentando a la vez tranquilizar a los inversores, ya que lo que menos le interesa en estos momentos es que los mercados de renta fija y de renta variable se vengan abajo".
La frase anterior, de Juan José Fernández-Figares, director de análisis en Like Securities, refleja el interés de la reunión de mañana miércoles del sector financiero; reunión que determinará cuán real va a ser la realidad económica.
– El miércoles saldremos de dudas. Una Fed que se muestre menos agresiva de lo que espera el mercado y a la vez confiada en que la alta inflación comenzará a remitir en los próximos meses puede tener un impacto muy positivo en la marcha de las bolsas estadounidenses y, por simpatía, en la de las europeas.
Las actas de la reunión de diciembre de la Reserva Federal apuntaron por primera vez la posibilidad de reducir el tamaño de su balance, lo que tensionó al mercado y especialmente a las compañías con valoraciones más exigentes como las tecnológicas ligadas al crecimiento.
Las previsiones de este tipo de empresas se hacen en base a un escenario de tipos al 0% o muy bajos, por lo que las valoraciones más exigentes sufren si se le añade el aumento del coste del dinero.
Las grandes FAANG, en teoría, pueden trasladar los costes a los usuarios finales y pueden sufrir menos.