Millones de personas vieron en televisión o internet las imágenes de la turba de partidarios del expresidente Donald Trump atacando el Capitolio a principios de mes, pero algunos reconocieron además entre la multitud a familiares o amigos.
El Político
El FBI se ha apoyado en esos cónyuges, hermanos, hijos y exparejas sentimentales para arrestar a los responsables del asalto a esa sede de la democracia estadounidense.
"Hay mucha gente, no creo que sea tan difícil denunciar a alguien (incluso a la familia)", dijo Michele Galietta, profesora de psicología del John Jay College of Criminal Justice de Nueva York a Telemundo.
Denuncias de familiares
El teniente coronel retirado de las Fuerzas Aéreas Larry Brock fue detenido después de que la que fue su esposa durante 18 años se pusiera en contacto con el Centro Nacional de Operaciones contra Amenazas del FBI para decir que lo había reconocido en las imágenes.
"Temí que él estuviera allí cuando vi lo que estaba sucediendo", le dijo a un agente del FBI, según una declaración jurada que respalda los cargos contra Brock, "Creo que ya se confirmó que él estaba allí. Hay una foto muy buena en la que reconozco su parche".
Poco después del asalto al Capitolio, los insurrectos sabían que podían estar en problemas, con sus rostros al descubierto, a la vista de todos, especialmente de los familiares y amigos que se encontraban a miles de kilómetros de distancia.
Amenazas a los familiares
Un acusado por los hechos violentos, Guy Reffitt, aparentemente miembro de un grupo de milicianos de Texas, llegó a amenazar a sus hijos adultos si “se pasaban de la raya y le denunciaban" a las autoridades, según una denuncia penal.
Reffitt dijo supuestamente a los miembros de su propia familia que "haría lo que tuviera que hacer" en caso de que hablaran con las autoridades, lo que llevó a su hijo menor a preguntar: "¿Nos estás amenazando?"
"[Reffitt] respondió: ‘No pongas palabras en mi boca", escribió el agente especial del FBI Thomas Ryan en la denuncia contra Reffitt. "[El hijo] entendió las declaraciones [de Reffitt] como una amenaza contra su vida".
Por entonces Reffitt desconocía que su hijo aparentemente ya había llamado a las autoridades: "Me puse en contacto con el FBI después de los disturbios del Capitolio", contó a la emisora KDFW.
Reuniones familiares terminan en llamadas al FBI
La creciente polarización política en el país y la avalancha de desinformación han convertido las reuniones familiares terminen en llamadas al FBI.
"Tienen mentalidad de mafia y un sentimiento de culto, por lo que hay una verdadera preocupación de hacia dónde nos dirigimos y de ver a un ser querido formando parte de ello", dijo Elizabeth Jeglic, profesora de psicología en el John Jay College.
"Esto ya no es el tío Bob o la tía Jane. Se trata de una muchedumbre que ataca a nuestra nación, a nuestra libertad, a nuestros valores, y eso no es lo que significan los valores de tu familia. Cuando ves eso, puede ser muy devastador. Es como una traición a tu familia y quieres mantener tus valores familiares íntegros", explicó.
Acusada por ex novia
Una expareja sentimental de la mujer acusada de robar el computador portátil de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi -con supuestos planes de entregárselo a Rusia- durante el asalto al Capitolio está cooperando con las autoridades, según documentos judiciales.
Riley June Williams fue acusada de conducta desordenada en el recinto del Capitolio con intención de perturbar una sesión del Congreso; entre otros cargos, antes de que un antiguo novio llamara a las autoridades. Se entregó a las autoridades el 18 de enero.
El ex de Williams dijo a un agente del FBI que "tenía la intención de enviar el dispositivo informático a un amigo en Rusia; que luego planeaba vender el dispositivo a SVR, el servicio de inteligencia extranjero de Rusia", según la denuncia penal.