Parece un cuento de "Aunque usted no lo crea". Solo que en este caso es cierto. El dólar, la moneda estadounidense, enfrenta una especie de rebelión del resto de las divisas mundiales.
El Político
La solidez de la moneda estadounidense ha traído problemas a las otras monedas del orbe, entre ellas al euro, moneda que siempre mostró una poder económico mayor.
Al menos doce países asiáticos han pensado en no usar el dólar. Y las compañías mundiales han comenzado a vender una parte nunca vista de su deuda en moneda nacional por temor a que el dólar siga fortaleciéndose.
¿Desplazado? No, por ahora
La divisa estadounidense está solida en su puesto de principal medio de pago y los pronósticos sobre el “máximo del dólar” se han derrumbado en variadas ocasiones.
De ahi la posibilidad de que algunas naciones recurriesen a mecanismos alternativos a la divisa de EEUU o a la red SWIFT, que es la base del sistema financiero internacional.
Ahora, la fuerza absoluta del dólar, su uso bajo el presidente Joe Biden para imponer sanciones a Rusia este año y las nuevas innovaciones tecnológicas están alentando a las naciones a comenzar a socavar su hegemonía.
Algunos expertos en el tema, como el exvicegobernador del Banco de Inglaterra, Paul Tucker cree que ideas como la del párrafo anterior solo “intensificarán los esfuerzos en Rusia y China para tratar de administrar su parte de la economía mundial sin el dólar.”
-Los planes que ya estaban en marcha en Rusia y China para promover sus monedas para pagos internacionales, incluso mediante el uso de tecnologías de blockchain, se aceleraron rápidamente después de la invasión de Ucrania. Rusia, por ejemplo, comenzó a buscar la remuneración de los suministros de energía en rublos.
Conclusión
El dolar va a seguir manteniendo su preponderancia por muchos años, aunque el impulso creciente para las transacciones en monedas alternativas no muestra signos de desaceleración, especialmente si los comodines geopolíticos continúan convenciendo a los funcionarios para que sigan su propio camino.
Y la voluntad del gobierno de EE.UU. de usar su moneda en luchas geopolíticas podría, irónicamente, debilitar su capacidad para aplicar tales métodos con la misma eficacia en el futuro.
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