En Venezuela, un tercio de los generales del Ejército Bolivariano, posee vínculos directos con empresas establecidas para hacer negocios.
El Político
Una de las estampas más burladas y criticadas en la Venezuela del chavismo y el madurismo, es ver a militares vendiendo hortalizas, en mercados populares improvisados por el régimen, en calles y avenidas de las principales ciudades. O de militares cuidando el lucrativo negocio de la venta de combustible a precios internacionales, en las estaciones de servicio. Pero hay otros militares de alto rango que viven a cuerpo de rey, mientras la Venezuela de a pie se desangra y muere de mengua.
La Venezuela del presente es sinónimo de hambre y miseria, de escasez extrema de alimentos y medicinas. Una nación con una economía rota, que padece una inflación galopante, escándalos de corrupción y represión política, además de la violación sistemática de los Derechos Humanos. Un país donde se cometen permanentemente crímenes de lesa humanidad.
En este contexto desolador para el ciudadano se cumple aquella premisa de la sabiduría popular que dice: "en río revuelto, ganancia de pescadores". Pues los altos oficiales del Ejército en Venezuela han sido ampliamente recompensados, por mantener el statu quo, mientras el país es tragado por una espiral de ruina económica indetenible.
Hay tres tipos de “mili-empresarios”: los que dirigen empresas estatales; los oficiales en servicio y retirados que tienen empresas privadas que hacen negocios con el Estado; y militares involucrados en negocios ilegales https://t.co/yy2BPccU5L
— Casto Ocando-Primer Informe (@cocando) November 2, 2022
Detalle: se destapa una olla podrida
En efecto, gracias a una investigación realizada por el Proyecto de denuncia de la corrupción y el crimen organizado – OCCRP, se han puesto en evidencia los nexos que existen entre el régimen de Nicolás Maduro y un nutrido grupo de generales, quienes están al frente de empresas privadas, a quienes se les han otorgado jugosos contratos del régimen, además de beneficios adicionales, de esos que se manejan por debajo de la mesa, sin ningún tipo de controles; como una forma de comprar lealtades.
La investigación se inicia gracias a que se tuvo acceso a una serie de documentos pertenecientes al llamado Ejército Bolivariano. Un equipo de reporteros se dedicó a la tarea de revisar los registros empresariales y de propiedad, en EEUU y en Venezuela, vinculados a empresas privadas que le sirven al régimen. Igualmente se hicieron entrevistas a diferentes oficiales militares, que manejan información sobre las empresas vinculadas a generales.
En la investigación también se tuvo acceso al llamado Registro Nacional de Contratistas – RNC del 2017, pues luego de ese año, el régimen eliminó una buena parte de ese registro. En el RNC se evidencia que para 2019, Venezuela contaba con 312 generales activos en el Ejército, la rama más elitista de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana – FANB. Casi un tercio de estos altos oficiales poseen vínculos con empresas que están habilitadas para hacer negocios con el régimen de Nicolás Maduro. De este grupo, 35 son socios o están en juntas directivas de compañías privadas, que aparecen en el RNC. La investigación se centró en este grupo, que el OCCRP etiquetó con el nombre de el "Club de los 35″.
El Club de los 35: cómo Venezuela compró la lealtad de sus generales | Por @OCCRP https://t.co/7Q7zZIqthZ
— Armando.Info (@ArmandoInfo) April 13, 2020
Entre líneas: empresas que cobran y se dan el vuelto
Este selecto Club de los 35, posee vínculos con 41 empresas registradas, que fueron habilitadas para hacer negocios directamente con el régimen. La mayoría de estas empresas fueron creadas durante el año 2004. Su principal objetivo es hacer negocios en sectores económicos clave, como el petróleo, el transporte, la construcción y la alimentación, entre otros. Estamos hablando de más de 220 contratos, donde los beneficiarios primarios son los miembros del Club de los 35. Otros de los sectores donde han incursionado son: el sector Salud, con la venta de equipos médicos y medicamentos importados, el turismo, la publicidad y la importación de juguetes.
En este sentido, Pedro Mendoza, un ex teniente de la Guardia Nacional Bolivariana, quien ahora vive en el exilio, comentó que: "se ha convertido en una especie de doctrina militar, que algunos oficiales militares creen una empresa. La actitud de la administración de Nicolás Maduro hacia sus generales es: tú me proteges, me mantienes en el poder y yo te doy a ti la posibilidad de que tengas beneficios económicos".
Un dato muy relevante de la investigación, muestra que los miembros del Club de los 35 disfrutan de un estilo de vida absolutamente incompatible con sus sueldos. La investigación del OCCRP tuvo acceso a nóminas del Ejército Bolivariano —en Venezuela no son públicas— que muestran que un teniente gana en promedio 6,30 dólares mensuales, mientras que el salario de un general alcanza sólo 8,90 dólares.