Debe demostrar que es inocente de los delitos de soborno, fraude y abuso de poder en tres casos, a fin de que el fiscal no le impute cargos, mientras le resulta difícil armar gobierno.
Dos semanas después del examen ante las urnas, comenzó un nuevo examen para Benyamin Netanyahu, esta vez ante la Justicia. El primer ministro en funciones tiene ante sí el complicado reto de formar gobierno, pero para que su carrera política no se termine, primero deberá demostrar que es inocente de los delitos de soborno, fraude y abuso de confianza.
La Fiscalía General anunció en abril su intención de procesarle, pero la imputación final dependerá de que sus abogados puedan hacer cambiar de opinión al fiscal general, tras presentar pruebas sólidas de su inocencia
Está previsto que la audiencia dure cuatro días, con lo que terminará el lunes, víspera de día sagrado para los judíos de Yom Kippur. Entonces arrancará la deliberación en la fiscalía cuya decisión final puede demorarse meses. En caso de ser acusado, Netanyahu no estaría obligado a dejar su cargo de primer ministro o diputado, pero si finalmente es condenado, el Parlamento podría votar su destitución.
La primera vez
Los casos por los que se procesa a Netanyahu son los conocidos como ‘Caso 1000’, en el que se analiza la presunta entrega de regalos al primer ministro por parte de empresarios millonarios de Hollywood; el ‘Caso 2000’, relativo a una conspiración con el dueño del diario ‘Yedioth Ahronoth’; y el ‘Caso 40000, el más grave de todos y que investiga si hizo favores al gigante de telefonía Bezeq a cambio de una cobertura favorable de él y su mujer, Sara, en el digital ‘Walla’, controlado por el mismo empresario, Shaul Elovitch.
Es la primera vez en la historia del país que un fiscal general anuncia la imputación de un primer ministro en ejercicio.
Rota negociación con Gantz
Netanyahu debe convencer a la fiscalía de su inocencia, pero también a la coalición Azul y Blanco, la lista más votada en las elecciones del 17 de septiembre, de la necesidad de apoyarle para mantenerse en el cargo. La posibilidad de un acuerdo de unidad nacional se alejó un poco más tras la decisión del partido liderado por el ex jefe del Ejército, Benny Gantz, de cancelar la reunión prevista para esta jornada. Esta decisión se debe a la negativa de Netanyahu de romper el bloque que forma con los partidos ultraortodoxos y ultranacionalistas.
Con Gantz perdido, el líder del Likud llamó a Avigdor Lieberman para intentar acercar posturas y lograr el apoyo de sus nueve diputados con los que superaría los 61 escaños necesarios para tener la mayoría en la cámara. No será sencillo ya que tras los comicios de abril fue la negativa de Lieberman a apoyar un gobierno con los partidos religiosos la que obligó a la repetición electoral.
Los casos por los que se procesa a Netanyahu son los conocidos como ‘Caso 1000’, en el que se analiza la presunta entrega de regalos al primer ministro por parte de empresarios millonarios de Hollywood; el ‘Caso 2000’, relativo a una conspiración con el dueño del diario ‘Yedioth Ahronoth’; y el ‘Caso 40000, el más grave de todos y que investiga si hizo favores al gigante de telefonía Bezeq a cambio de una cobertura favorable de él y su mujer, Sara, en el digital ‘Walla’, controlado por el mismo empresario, Shaul Elovitch.
El nuevo año judío luce complicado para el primer ministro que durante más tiempo ha gobernado en Israel . Su partido, el conservador Likud, ha perdido las elecciones celebradas el pasado día 17, superado en un escaño por la alianza centrista Azul y Blanco del exgeneral Benny Gantz. Pese a su retroceso, ha recibido el encargo de formar Gobierno, una tarea que parece condenada al fracaso por segunda vez este año, tras el bloqueo derivado de las legislativas del mes de abril.
Bibi, el apodo popular del que el mismo gobernante se jacta, cumplirá 70 años el 21 de octubre. Si no renuncia antes, entonces estará a punto de vencer el plazo que le ha concedido el presidente de Israel, Reuven Rivlin, para formar un nuevo Gabinete.
Los partidos de la derecha israelí, que secundaron la huida hacia adelante de una repetición de las elecciones, no han conseguido sumar la mayoría la legislatura anterior. La reedición del considerado como Gobierno más conservador en la historia de Israel es inviable desde que Avigdor Lieberman, líder político de los judíos rusohablantes, rompió con su antiguo mentor. Los ocho diputados de su partido, Israel Nuestra Casa, no se han inclinado por el bloque de la derecha (55 escaños) ni por el de centro-izquierda (54).
“El discurso que [Netanyahu] pronunció el miércoles para aceptar el encargo del presidente bien podría servir, en un futuro no tan distante, para lanzar la tercera campaña electoral del Likud en un año”, apuntaba el analista político Yossi Verter en las páginas del periódico Haaretz.
Las fórmulas que se manejan para evitar una nueva repetición de los comicios van desde un Gobierno de unidad con Azul y Blanco hasta el retorno de Lieberman a la coalición de la gran derecha israelí.
El centrista Gantz insiste en que, mientras afronte una inculpación por corrupción, Netanyahu no se sentará en la misma mesa de un Ejecutivo con él. Para el líder de Israel Nuestra Casa, erigido en paladín de los laicos, cualquier pacto con los partidos ultrarreligiosos es ahora una línea roja infranqueable. Además, la estrategia de Lieberman para forzar la disolución de la Kneset antes del verano ya perseguía el relevo de Netanyahu como líder indiscutido de la derecha.
Tendencias de opinión
Más de la mitad de la población El 50,6% de los israelíes se muestra a favor de un Ejecutivo de gran coalición pactado entre Gantz y Netanyahu, según una encuesta del canal de televisión estatal Kan. Y el 60% rechaza la convocatoria de las terceras legislativas en apenas un año, de acuerdo con otro estudio publicado por Israel Hayom, diario gratuito al servicio de los intereses del primer ministro, financiado por el magnate de los casinos Sheldon Adelson.
Al darle la oportunidad de formar Gobierno en primer lugar, el presidente Rivlin hizo una oferta que Netanyahu no pudo rechazar. El veterano jefe del Estado —miembro de la corriente moderada y liberal de Likud— se anticipó al momento de una eventual inculpación. Planteó que el primer ministro deberá abandonar su puesto, aunque podrá conservar formalmente el cargo —para mantener sus prerrogativas procesales frente al fiscal general— mientras no se dicte sentencia firme en su contra. Para ello deberá reformar la ley fundamental que regula el funcionamiento del Ejecutivo y permitir que un vice primer ministro (en un pacto de coalición, el exgeneral Gantz) le releve con plenos poderes durante su prolongada incapacitación.
Los israelíes están habituados a la capacidad de maniobra del gobernante después de una década de perder ininterrumpido. En vísperas de las pasadas elecciones, Netanyahu planteó el aplazamiento de las votaciones para lanzar una operación militar a gran escala contra la franja de Gaza. Finalmente, tuvo que descartar la petición al no contar con el respaldo de sus consejeros legales y militares.
El pasado jueves reclamó a la Fiscalía general que se retransmitiera en directo por televisión la audiencia en la que sus abogados tienen previsto presentar este martes sus alegaciones, antes de que Mandelblit pueda formular la imputación. La petición fue rechazada de inmediato, para evitar que el trámite legal se transforme en un espectáculo.
El fiscal general ya notificó en marzo que iba a poner en marcha las tres acusaciones por corrupción en su contra presentadas por la policía el año pasado. Ningún primer ministro israelí en activo —Ehud Olmert dimitió en 2009 antes de que se presentaran las acusaciones— ha sido imputado en la historia del Estado de Israel.
“En beneficio personal y de su familia”
“Usted ha dañado la imagen de los servidores públicos en Israel y la confianza del pueblo en ellos”, escribió Mandelblit en la carta en la que le notificaba a Netanyahu que ponía en marcha la maquinaria de la acusación. “Actuó pese al conflicto de intereses, abusó de su autoridad en beneficio personal y de su familia. Corrompió a los servidores públicos que trabajaban a sus órdenes”. En la investigación, condensada en un sumario de más de 800 páginas, han sido interrogados 140 testigos, entre ellos ministros y altos cargos, a lo largo de tres años.
El primer ministro siempre ha rechazado las acusaciones, que achaca a una "caza de brujas” desencadenada por la izquierda desde la policía, la magistratura y la prensa. “Estoy seguro de que, tras haber examinado la cuestión, las autoridades competentes llegarán a la misma conclusión: no hubo nada porque no hay nada”, ha apostillado Netanyahu tras airearse cada nuevo caso, y al término de una docena de largos interrogatorios.
En Israel, la policía y la justicia suelen actuar con notable independencia respecto del Ejecutivo. A causa de sus investigaciones fue encarcelado durante cinco años el antiguo presidente del Estado Moshe Katsav, condenado en 2010 por violación y agresiones sexuales. Las pesquisas de agentes y fiscales también pusieron entre rejas durante más de 14 meses al exjefe de Gobierno Olmert, declarado
A Netanyahu lo dejaron solo
La soledad y hasta decadencia, según analistas, que vive el primer ministro Benjamín Netanyahu, complican al situación.
Gantz deja a Netanyahu solo en la mesa de negociación, en la que este pretende representar no solo a su partido, sino al bloque de partidos de derecha y ultraortodoxos que son sus socios habituales.
El Likud respondió asegurando que estaba "sorprendido" por la decisión de "volar las negociaciones" para un gobierno de unidad y acusó a su rival de dar carpetazo al debate para ir a unas terceras elecciones "todo porque Yair Lapid (segundo en la lista) está saboteando el gobierno de unidad porque no quiere una rotación entre Netanyahu y Gantz, solo aceptará una rotación entre él mismo y Gantz".
En la nota, el primer ministro insta a Gantz a "mostrar responsabilidad, impedir otras elecciones y encontrarse con él mañana como estaba previsto".
Así, Gantz deja a Netanyahu solo en la mesa de negociación, en la que este pretende representar no solo a su partido, sino al bloque de partidos de derecha y ultraortodoxos que son sus socios habituales.
En la nota, el primer ministro insta a Gantz a "mostrar responsabilidad, impedir otras elecciones y encontrarse con él mañana como estaba previsto".
Los equipos negociadores, encabezados por Yoram Turbowicz y por el ministro Yariv Levin, se estancaron en la negociación el domingo, tras intensas conversaciones que finalizaron sin acuerdo.
Este nuevo golpe que acaba de recibir Benjamín Netanyahu, indica claramente que el primer ministro parece estar viviendo sus momentos de despedida, aunque el haga esfuerzos excepcionales y cual ave fénix pretenda regresar desde sus cenizas. Resulta difícil pensar que saldrá fortalecido del juicio, pero no es la primera vez que se enfrenta a adversidades.