Hasta el momento más de 588 millones de personas han recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19 y en el mundo se han administrado cerca de 1.000 millones de dosis. Destaca la diferencia entre los avances de inmunización en los países pobres y ricos.
El Político
Mientras que en los países ricos está vacunada una de cada cuatro personas; en los más pobres la inmunización solo ha alcanzado a una de cada 500 personas.
Estados Unidos alcanzó recientemente los 200 millones de vacunas administradas. De acuerdo con unas recientes declaraciones del presidente Biden, 26% de los estadounidenses recibió las dos dosis de la vacuna y 40% tiene al menos una dosis.
Si formas parte del grupo de personas que recibió la vacuna contra el COVID-19, CNN preparó estos estos cinco errores comunes que debes evitar para mantener el cuidado personal y de los que te rodean.
1. Pensar que se completó la vacunación luego de la colocación de la segunda dosis
Es común escuchar a personas decir que ya están vacunadas porque recibieron la segunda dosis de la vacuna o la dosis única en caso de la Johnson & Johnson. Sin embargo, es importante recordar que una persona se considera completamente vacunada dos semanas después de completar el esquema de vacunación.
Los expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han reiterado que el organismo requiere de dos semanas para generar la inmunidad contra el virus. Por esa razón es importante tomar en cuenta esos plazos antes de retomar actividades.
2. Creer que las personas vacunadas no se pueden contagiar
Esta es una información en la que han sido reiterativas las autoridades sanitarias. Las personas totalmente vacunadas pueden enfermarse porque las vacunas no son 100% efectivas. Aunque la probabilidad es muy pequeña, existen casos de infección tras la inmunización.
En el caso de las vacunas de Pfizer y Moderna, la efectividad después de las dos dosis es de 90%, sin embargo, en caso de contagio, la vacuna ayudará a no adquirir una enfermedad de gravedad.
De acuerdo con los CDC, las vacunas que se aplican en Estados Unidos ofrecen protección para la mayoría de las variantes, pero algunas de las cepas pueden provocar la enfermedad en ciertas personas incluso con la vacunación completa.
Con respecto a las vacunas de AstraZeneca, Sputnik V y Sinovac, que se aplican en muchos países de Europa y Latinoamérica, el nivel de eficacia varía para prevenir la infección. Con todas también es posible el contagio una vez completado el proceso de vacunación, pero la enfermedad que se genera suele ser leve.
3. No aislarse al presentar síntomas
Si una persona está completamente vacunada y comienza a sentir síntomas de COVID-19 es un error no aislarse. La recomendación en ese caso es aislarse y acudir a una evaluación médica, especialmente si la persona estuvo en contacto con una persona contagiada o con sospecha de tener el virus.
En caso de estar con alguien que contrajo el COVID-19 pero no presentar síntomas no es necesario aislarse ni realizar una prueba. Esto no aplica a las personas que vivan en un centro grupal, como una correccional, un centro de detención o en una vivienda grupal; en ese caso será necesario realizar la prueba aún sin presentar síntomas.
4. Salir a la calle sin mascarilla
De acuerdo con los CDC, hay algunas actividades que las personas completamente vacunadas pueden realizar sin usar la mascarilla. Algunas de ellas son comer con amigos en un restaurant al aire libre o asistir a una pequeña reunión también al aire libre.
Sin embargo, el uso de la mascarilla todavía es obligatorio en lugares públicos cerrados. En el transporte público también será necesario su uso.
Si acudes a reuniones en lugares cerrados con personas de hogares diferentes no vacunadas es necesario el uso de mascarilla. Incluso cuando son niños y de manera especial con una persona no vacunada que tenga un mayor riesgo de enfermarse gravemente, o que viva con una persona de riesgo.
5. Abandonar el hábito de lavarse las manos con frecuencia
Los CDC explican que completar la vacunación no es una razón para dejar de lavarse las manos con frecuencia, especialmente en lugares cerrados. Esto debido a que en estos espacios no es fácil saber quiénes están vacunados o corren mayor riesgo de enfermarse gravemente.
Por esa razón las medidas básicas, como lavarse las manos, usar mascarilla y cubrirse al toser siguen siendo necesarias.