Hace dos años la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que "Europa también debe aprender el lenguaje del poder".
El Político
Así lo, exigió la alemana cuando asumió su cargo. Fue tajante al señalar que la UE debe ser capaz de mantenerse en pie frente a Estados líderes como China, pero también frente a Estados Unidos, reportó DW.
La forma de poner en práctica este objetivo es parte de la nueva doctrina de política de seguridad que se está elaborando en Bruselas para marzo de 2022.
La UE está en peligro, algo que se percibe por tener un alcance económico menor, un entorno estratégico más disputado y unos valores cuestionados. Es necesario cumplir con nuestras responsabilidades de seguridad.
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— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) November 27, 2021
El primer borrador de esta "brújula estratégica" acaba de ser presentado a los 27 Estados miembros por el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
El representante de Asuntos Exteriores de la UE analiza el presente sin tapujos: "Europa está en peligro", advierte el español. La Unión Europea no puede permitirse ser un espectador en un mundo extremadamente competitivo".
La influencia de Europa disminuye
"La UE debe garantizar la seguridad de sus ciudadanos y proteger nuestros valores e intereses", exige Borrell, enumerando los más diversos ámbitos de conflicto. Entre ellos se encuentran no solo las amenazas militares, sino también la competencia por los estándares mundiales y la batalla por la supremacía en inteligencia artificial, computación en la nube, semiconductores y biotecnología. También se mencionan los retos que plantean la desinformación y los ciberataques.
En la actualidad, la nueva política de poder no solo utiliza los medios militares tradicionales. Borrell también advierte de las amenazas híbridas, como las que actualmente experimenta la UE en su frontera exterior con Bielorrusia. Todo esto hace cada vez más difícil la clásica distinción entre guerra y paz. Europa, cuya importancia económica y demográfica en el mundo no deja de disminuir, debe imponerse en este entorno.
El retorno de la política del poder
Aunque el texto definitivo no estará disponible hasta la próxima primavera, el primer borrador ya documenta un claro cambio en la visión europea del mundo. En comparación con la "Estrategia Global" de la predecesora de Borrell, Federica Mogherini, de 2016, el "poder blando" de la UE ha retrocedido notablemente a un segundo plano. Josep Borrell califica esta evolución como el "retorno de la política del poder", a la que Bruselas también quiere reaccionar militarmente.
Aunque la Unión Europea cuenta con sus propias fuerzas armadas, los llamados battlegroups, desde 2007, recientemente se ha puesto de manifiesto en Afganistán lo limitado de su capacidad de acción militar hasta la fecha. Con su concepto de battlegroups, la UE ha tenido durante muchos años dos unidades de combate permanentemente activas, cada una con 1.500 soldados. Se supone que deben prevenir las guerras en las zonas de conflicto y llevar a cabo misiones humanitarias.
Las unidades, que cambian cada seis meses, son proporcionadas por diferentes Estados de la UE. Sin embargo, en sus 15 años de existencia, los grupos de combate no se han activado en una sola crisis. "El hecho de que no se desplieguen las agrupaciones tácticas de tres a cinco estados se debe también a que siempre tiene que haber una ‘nación líder’ que debe movilizar más material y personas, y asumir los costes. Los Estados que podrían usar este instrumento temen hacerlo", explica el politólogo Joachim Koops, de la Universidad de Leiden, en La Haya.
Polémica fuerza de intervención
La "Brújula Estratégica" define ahora un nuevo concepto militar. Para 2025, la UE quiere establecer una "capacidad de despliegue rápido" (RDC) de hasta 5.000 soldados. La formación de unidades terrestres, aéreas y navales es más amplia que la de los actuales grupos de combate y debe componerse de forma modular en función del escenario de despliegue requerido.
in embargo, para alcanzar los objetivos establecidos en la "Brújula Estratégica", es probable que el gasto en defensa tenga que aumentar considerablemente, sobre todo en Alemania. La sección sobre los desafíos marítimos ya muestra la necesidad de inversión. Si la UE define en el futuro "zonas marítimas de interés", como el estrecho de Ormuz, espera que las fuerzas navales y aéreas europeas actúen allí de forma coordinada. Por lo tanto, es probable que los soldados alemanes sean llamados al extranjero con mucha más frecuencia que en la actualidad.
El ejército de la UE no está a la vista
Además, se van a desarrollar importantes capacidades militares que la UE no posee en la actualidad. Esto incluye el transporte aéreo a largas distancias, así como las capacidades de mando y planificación. "Uno de los principales problemas de la UE es que no cuenta con un gran personal militar como la OTAN y 70 años de experiencia en cooperación, sino que siempre tiene que utilizar las capacidades nacionales", afirma el politólogo Koops. Pero también en este caso la UE está avanzando. Después de que los ministros de Defensa decidieran hace unos días otros 14 programas, la UE coordina ahora 60 programas conjuntos de armamento y capacidades militares.