Los deslizamientos ocurridos en la ciudad de Quito fueron parte de los 170 eventos de ese tipo registrados desde el 6 de octubre pasado en las áreas urbanas y rurales del Distrito Metropolitano (DMQ).
El lunes pasado hubo también desprendimientos en varios sectores de la capital ecuatoriana. Esto muestra, por un lado, los efectos de la época de lluvias en la capital y su grado de vulnerabilidad frente a eventos naturales.
De acuerdo con el Atlas de Amenazas Naturales del DMQ, cuya primera edición se imprimió en 2010, el 70% del territorio capitalino está expuesto a alguna clase de riesgo natural. Buena parte de la ciudad está ubicada sobre zonas escarpadas pues alrededor del 50% del Distrito está ubicado sobre las estribaciones de la cordillera Occidental.
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Esta situación vuelve susceptible al territorio de que ocurran, sobre todo, aludes. Durante la presente época de lluvias, por ejemplo, los 170 deslizamientos ocurridos hasta la tarde del lunes constituyen el mayor número de emergencias atendidas por los equipos de socorro.
Frente a ello, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal ha registrado 123 inundaciones, 71 colapsos estructurales (viviendas, techos, muros, etc.) y 38 caídas de árboles desde octubre.
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