Leigh Van Bryan, un joven británico pasaría en 2012 una temporada de vacaciones en EE.UU. En su entusiasmo, antes de viajar, publicó en su cuenta de Twitter que iba a "destruir América". La frase, que en Reino Unido tiene el significado coloquial de "salir de fiesta", fue suficiente para que se le prohibiera la entrada a EE.UU.
Los oficiales de Aduana tenían conocimiento de su tuit y no lo dejaron entrar. Debió estar 12 horas en una celda antes de regresar a su país.
Para el gobierno de EE.UU. las redes sociales también son parte del proceso de selección para entrar a su país. Por ello, estos datos será parte de la información que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (U.S. Customs and Border Protection, CBP), solicitaría tanto para el Sistema Electrónico para la Autorización de Viaje (ESTA) y para el formulario I-94W , que responden turistas o inmigrantes que llegan al país, con la siguiente frase: "Por favor, introduzca la información asociada sobre su presencia online".
La medida tiene como objetivo mejorar el actual proceso de investigación de los turistas que visiten el país, y se encuentra actualmente en fase de consulta hasta el 22 de agosto. Por el momento la entrega de esta información sólo será opcional, pero José Lorenzo Hall, jefe de tecnología en el Centro para la Democracia y la Tecnología, citado por la BBC, dice que "es muy difícil que los viajeros no lo llenen – aunque sea opcional- pues tendrán miedo de no conseguir la entrada en el país", si omiten esta información.
La propuesta de cambio, según justificó el gobierno en el sitio web del Registro Federal (diario oficial de ese país) se debe a que "la obtención de datos de redes sociales mejorará el proceso de investigación existentes y proporcionará al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) una mayor claridad y visibilidad a una posible actividad nefasta y conexiones al proporcionar un conjunto de herramientas adicionales que los analistas e investigadores pueden utilizar para analizar mejor e investigar el caso".
La idea es investigar a quienes atraviesan las fronteras y "dar a la DHS más claridad y visibilidad sobre posibles actividades delictivas y otras conexiones", agrega.
El nuevo formulario es parte del plan del DHS para examinar la actividad de las redes sociales de los solicitantes de visado y aquellos que deseen entrar en el país, a raíz de la matanza de San Bernardino en California.
No está claro cómo el DHS verificará la información escrita en un formulario, dejando la posibilidad de introducir información falsa.
Privacidad y seguridad
El gobierno de EE.UU. aprueba alrededor de 10 millones de solicitudes de visa al año y tuvo 77,5 millones de visitantes extranjeros en 2015. El seguimiento de cuentas de redes sociales podría producir una de las bases de datos más grande controladas por un gobierno.
Varias voces se alzaron ante el anuncio, indicando que se trata de una medida en la cual se enfrentan el derecho a la privacidad y el resguardo de la seguridad. Sitios como TechEye.net critican la medida y la comparan con la idea de Donald Trump de prohibir la entrada a los musulmanes.
Para Juan Carlos Lara, abogado de la ONG Derechos Digitales, la medida hará que las personas se vuelvan más conscientes de lo que dicen, "y se sentirán observadas por una autoridad, lo que tiene un efecto paralizante".
Y si bien en la mayoría de las redes sociales se puede tener un control sobre lo que es público, Lara dice que esa información podría ser observada por otras vías. "Si se tiene un perfil privado en Facebook, por ejemplo, se puede recurrir a otros mecanismo como que el gobierno se dirija a Facebook para obtener esa información".
El cómo se interpretará lo que se dice en línea, es una de las grandes interrogantes en este caso. "Los servicio de seguridad desde 15 años están cada vez más atentos, pero una cosa es la que dice un ciudadano inglés y distinto es si lo hace una persona con un nombre árabe o musulmán, sobre quienes ya existen ciertos niveles de prejuicios. Esto puede empeorar una situación que ya es difícil", dice Lara.
La iniciativa crea un mal precedente, aclara el abogado, "porque hacer normal la entrega voluntaria de información resta autonomía. Normalizarlo es una forma de erosionar la forma de entender Internet como un espacio libre".
Con Información de: la tercera