Eric Adams, alcalde de Nueva York, declaró en octubre estado de emergencia cuando los refugios empezaron a llenarse por la gran cantidad de migrantes que, en su mayoría tras cruzar la frontera en Texas o Arizona.
El Político
Esos buses son costeados por organizaciones benéficas y, ahora, sobre todo, por gobiernos estatales republicanos que quieren dar un golpe político trasladando el reto migratorio a territorios demócratas como Nueva York.
Incluso la ciudad instaló por casi un mes una gran carpa gigante en la isla Randalls para poder ampliar la oferta de alojamiento.
Nueva York con una "crisis humanitaria"
La ciudad de Nueva York enfrenta "una crisis humanitaria sin precedentes", expresó un comunicado la oficina del alcalde del pasado 21 de noviembre al prorrogar el estado de emergencia.
"Si los solicitantes de asilo continúan ingresando al ritmo actual, la población total dentro del sistema de albergues superará las 100.000 personas el próximo año", alertó.
Se trata de una cifra jamás registrada en los refugios de la ciudad, aseguran las autoridades locales.
Históricamente, la ciudad de Nueva York siempre fue un faro para los migrantes. Y así lo muestra su símbolo emblema: la Estatua de la Libertad.
Migrantes detenidos
Más de dos millones de migrantes fueron detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México en el último año, una cifra récord que preocupa políticamente al gobierno de Joe Biden.
La mayoría de quienes intentan cruzar la frontera caminando son venezolanos, nicaragüenses y cubanos, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
Más de 150.000 venezolanos lograron ingresar a territorio estadounidense a través de la frontera con México durante el último año fiscal, un aumento de 293% con respecto al año anterior.
Es por eso que a mediados de octubre, el gobierno de Joe Biden decretó que "las personas venezolanas que ingresen a Estados Unidos sin autorización por zonas ubicadas entre los puertos de ingreso serán devueltas a México".
Futuro mejor en Nueva York
Al menos una docena de migrantes en Nueva York con los que habló BBC Mundo repiten con optimismo que buscan un futuro mejor al que pueden ofrecer sus países. Y pretenden alcanzar sus metas trabajando. También reiteran que encontrar empleo no es fácil.
"Trabajando vamos a salir adelante", dice confiada Lorena, una colombiana de 43 años que llegó a Nueva York con su hija Loraine, de 12 años y que es venezolana.
Su hija menor se quedó en Venezuela con su abuela porque no tenía dinero para llevar a toda la familia. Reza para poder traerla pronto.
"Vamos a ver cómo hacemos con los papeles. Tenemos cita [en migraciones] para el 2024″, dice.