La esposa de Jihad Diyab, un exreo de Guantánamo sirio que fue acogido en Uruguay y que realiza una huelga de hambre en reclamo de ser reunido con sus parientes en otro país, fue hospitalizada en Estambul por problemas cardíacos, informó a Efe el activista Andrés Conteris.
Según Conteris, allegado al expreso de Guantánamo, la esposa de Diyab sufre desde hace mucho tiempo por la situación de su marido con picos de estrés y presión.
"Ella ha sufrido la guerra, perdió a su hijo mayor en 2012 y en estos días tuvo mucho estrés y trauma por la situación de su esposo y que él haya entrado en coma le generó una inquietud mucho más fuerte", afirmó el activista.
Desde hace tres días la mujer se encuentra hospitalizada y esta situación "agudiza la situación".
Asimismo, Conteris manifestó que Diyab mantiene contacto con una de sus hijas y que fue a través de ella que supo la situación de su esposa.
El refugiado exige que se encuentre una solución antes del próximo lunes y en caso de que no suceda dejará de beber líquidos nuevamente.
Conteris expresó que, si bien Diyab se encuentra mejor de salud por haber abandonado la huelga seca, cada día se debilita más.
Esta noche, a las 20.00 (23.00 GMT), un grupo de allegados al sirio realizará una vigilia en las puertas de la Cancillería para reclamar al Gobierno uruguayo acciones.
Diyab abandonó Uruguay a mediados de junio y a fines de julio se presentó en el Consulado de ese país en Caracas (Venezuela), donde pidió apoyo para completar sus reivindicaciones, pero a la salida de dicha sede diplomática fue detenido por las autoridades venezolanas y deportado a Uruguay semanas después.
En ese entonces comenzó su huelga de hambre, medida que mantiene hasta el momento, por lo que su situación de salud se ha agravado, e incluso entró hace una semana en un estado de coma superficial y de severa deshidratación, por lo que un equipo de médicos intervino para asegurar su mejoría y constatar que estuviera tomando su decisión de manera consciente.
Hace dos semanas, el refugiado dijo a través de un portavoz que si fallecía a causa de la protesta, los responsables serían el Gobierno de Uruguay y el de Estados Unidos.
"Mi situación de salud está muy precaria, estoy mal, mi energía está muy baja y yo responsabilizo personalmente al Gobierno de EE.UU. y también al de Uruguay si yo muero", manifestó Diyab por mediación de Conteris quien fue su interlocutor.
Con información de EFE