Los candidatos a presidir el Gobierno tienen ocho días para convencer a los indecisos en las segundas elecciones generales que se realizan este año.
Los candidatos a la presidencia del Gobierno han arrancado la campaña electoral y esta es la estrategia de los cinco principales partidos que se enfrentan a Pedro Sánchez, candidato del PSOE y presidente de Gobierno en funciones, en las próximas elecciones generales.
El Político
España se apresta a realizar elecciones generales el próximo 10 de noviembre de 2019. Serán las decimosextas elecciones democráticas, y las cuartas con Felipe VI como rey de España; además serán las segundas elecciones generales celebradas en 2019, las segundas convocadas por no haber sido posible formar Gobierno, y las cuartas en menos de cuatro años.
La campaña electoral en esta oportunidad dura ocho días, durante los cuales los candidatos a presidir el gobierno lucharán para conseguir el voto de más de siete millones de ciudadanos indecisos, de los 37 000 6081 inscritos en el censo electoral, incluyendo los españoles en el exterior.
Los partidos en campaña electoral contra Sánchez
El Presidente en funciones llevaba un holgada ventaja pero su actitud indecisa frente al problema catalán lo han perjudicado según muestran las encuestas, sin embargo aparece con la primera opción. Lo que no indica que podría conformar gobierno ya que las opciones de derecha especialmente el PP han aumentado.
Casado (PP): unir al electorado para vencer
Pablo Casado afronta las elecciones como un plebiscito múltiple. Antes que nada, sobre Pedro Sánchez. Si los votantes de centroderecha quieren que el presidente del Gobierno deje de serlo, deben unir el voto en el PP, ese es el mensaje de este partido.
La disyuntiva es puramente binaria: gobierno Frankenstein o pacto a la andaluza. Truco o trato. Pero también sobre el futuro del centroderecha: fragmentación o "refundición". Y sobre el alcance del liderazgo del propio Casado: quemado por una subida escasa o desprendiendo aura de ganador.
Otro dilema para el votante indeciso: obstruccionismo o pactismo. Dice Teodoro García Egea, secretario general del PP y director de la campaña del partido que "En estas elecciones nos jugamos que España salga del bloqueo y acometa las medidas necesarias para hacer frente a la crisis económica, o que se quede en punto muerto"; "O gobierna Pablo Casado y miramos al futuro o gobierna Pedro Sánchez y volvemos al pasado".
Casado ha moderado su discurso de manera evidente, virando hacia el centro y buscando un perfil más gestor, también en su equipo. Buena cuenta de ello dan los fichajes para la lista de Madrid: tres ex ministras "técnicas" como Ana Pastor, Isabel García Tejerina y Elvira Rodríguez. Aunque hay que destacar que en los últimos días Casado ha pisado el acelerador, con críticas más aceradas al presidente del Gobierno y una mayor contundencia contra la deriva independentista catalana.
El ánimo de los populares es mucho más optimistas que antes, sobre todo, después que las encuestas les vaticina entre 94 escaños y 98 escaños.
En el inicio de su campaña en Sevilla, Casado expresó: "Somos la única alternativa para evitar la crisis económica y territorial". "Cualquier voto que no vaya al PP hará posible que Sánchez pueda ser investido".
Rivera (Cs): movilizar el centro para suavizar la caída
Ciudadanos parece un partido tan nervioso e inquieto como su líder. Puede pasar de tener 32 escaños en el Congreso (2016) a ganar las elecciones en casi todas las encuestas (2018). Y al revés: de 57 diputados (abril) a ser quinto en los sondeos (ahora mismo).
Aún así los negros pronósticos les dan una sangría de hasta 40 escaños. Todas las fuentes de ese partido coinciden en que a medida que ha avanzado la precampaña, tanto Ciudadanos como el propio Rivera han mejorado sobre su pésimo punto de partida.
Rivera da hoy un perfil muy distinto del que ha tenido todo el año. Ahora se presenta como un líder dialogante, que tiende la mano, un hombre de Estado que pone sobre la mesa una propuesta de desbloqueo. Ahora plantea la posibilidad de negociar con Pedro Sánchez, si gana las elecciones y el centroderecha no suma.
Ciudadanos considera que Rivera es mucho mejor que sus otros cuatro adversarios y que puede ganarlo. Después, los últimos cuatro días serán clave, porque el electorado naranja es el que menos y más tarde se moviliza. Toda su campaña se centrará en convencer al elector de centro, menos ideologizado, que ahora puede estar en la abstención.
Iglesias (Unidas Podemos): todo pasa por resistir
La formación se lo juega todo en esta campaña a tener el suficiente músculo político como para forzar a Pedro Sánchez a una nueva negociación. "La única garantía para que no haya una coalición PP-PSOE es que Unidas Podemos esté muy fuerte", repite como un mantra Pablo Iglesias. Su equipo está convencido de que una nueva negociación con Pedro Sánchez "va a pasar en todo caso", pero los diputados que logren serán determinantes en su trabajo de presión negociadora.
En la cúpula existe aire de tranquilidad tras meses de convulsión. Consideran que parten en una mejor posición que en las elecciones de abril, las encuestas dan un retroceso, pero no el desplome del 28 de abril, y el efecto Errejón lo dan por amortizado.
Existe la creencia de que, además, en la opinión pública habría calado la percepción de que la culpa de la repetición electoral es de Sánchez y no suya. El veto que ellos denunciaron de los "poderes económicos" a estar en el ejecutivo lo usan como arma para presentarse como el partido contra la oligarquía, recuperando el eje de clases: el pueblo contra los poderosos.
Unidas Podemos ha apostado por estructurar su campaña en torno a un discurso social, como estrategia también para sortear el problema en Cataluña, que tanto desgaste les produce.
Abascal (vox): Cataluña y Franco para consolidarse
Se podría decir que a Vox le ha tocado la lotería. Después de perder en abril una oportunidad histórica por errores propios y, en consecuencia, de quedarse en el Congreso en tierra de nadie y con perspectivas a la baja, Santiago Abascal se ha encontrado con una tormenta perfecta con la que insuflar las velas y los ánimos de Vox.
La convulsión por el repunte de la crisis separatista en Cataluña y, sobre todo, por la violencia desplegada por los radicales, ha provocado que Vox se haya disparado en las encuestas, que apuntan que el 10-N podría subir una veintena de escaños y convertirse en la tercera fuerza.
Vox irrumpió en 2018 en el tablero y crece rápidamente en unos meses por ser básicamente un movimiento de reacción al separatismo catalán, con una carga ideológica netamente nacionalista y con un ideario "sin complejos" para defender una línea de "contundencia" para intervenir la autonomía y el autogobierno.
Por si fuera poco, ha encontrado un segundo elemento que ha espoleado a Vox: la exhumación del dictador Francisco Franco. Abascal viene desplegando una defensa rotunda de la familia y se ha colocado en la primera línea de fuego contra el gobierno. Una actitud que está cuajando en sectores de la derecha y de nostálgicos del franquismo. Su objetivo es mejorar sus 24 escaños y consolidar su electorado en unos meses.
Errejón (Más País): con dudas como baza al desbloqueo
Íñigo Errejón tenía un plan y un escenario claro: las elecciones del 10-N tenían que resolver cómo se desbloqueaba el país. Ahí su partido, Más País, inmaculado en las negociaciones fallidas y liderado por una figura popular y con simpatías transversales, se presentaría frente al desgaste de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias como la palanca para forzar a los dos a un acuerdo y salvaguardar un gobierno progresista. Esto es, irrumpir como una opción "responsable" a la hora de pactar.
La evolución en las encuestas es sintomática: Errejón irrumpió con energía en pleno enfado en la izquierda, y con la promesa de que venía para movilizar a los abstencionistas y no a dividir a Podemos, pero en estas semanas ha ido cayendo, hasta verse amenazado por un pinchazo.
Las señales demoscópicas de que Más País no prende han desatado los nervios dentro del partido y ese problema se une a otras dificultades que de por sí tenía que afrontar. Además, Errejón no estará en el debate en televisión.
Más País sólo se presenta en 18 provincias. Las que más escaños reparten. Lo que instala en muchos votantes las dudas de si su voto tendrá traducción en escaños o si puede perderse. El objetivo es tener grupo en el Congreso, pero es difícil. Ahora sería una decena de escaños y ser determinantes. Prometen ser "pragmáticos" en sus pactos con el PSOE.
¿Qué y cómo se elije?
El 24 de septiembre de este año, tras haberse agotado el plazo constitucional para constituir un Gobierno surgido de las elecciones del 28 de abril, el rey disolvió las Cortes Generales y convocó nuevas elecciones generales, con el refrendo de la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet.
Las Cortes Generales españolas están previstas como un sistema bicameral imperfecto. El Congreso de los Diputados tiene mayor poder legislativo que el Senado, por lo que puede votar la investidura o la moción de censura de un presidente del Gobierno, y anular los vetos del Senado por mayoría absoluta de votos.
No obstante, el Senado posee algunas funciones exclusivas que aunque limitadas en número, como su función en la enmienda constitucional, que no están sujetas a la anulación del Congreso.
La votación para las Cortes Generales se basa en el sufragio universal, que comprende a todos los ciudadanos mayores de dieciocho años y en pleno disfrute de sus derechos políticos. Además, los españoles en el extranjero deben solicitar votar antes de que se les permita votar, en un sistema conocido como “voto rogado”.
Para el Congreso de los Diputados se eligen 350 escaños utilizando el método D’Hondt y una representación proporcional de lista cerrada, con un umbral del 3% de votos válidos, que incluye votos en blanco, que se aplican en cada distrito electoral. Las partes que no alcanzan el umbral no se toman en cuenta para la distribución de asientos.
Además, el uso del método D’Hondt puede resultar en un umbral efectivo de más del 3%, dependiendo de la magnitud del distrito. Los asientos están asignados a circunscripciones, correspondientes a las provincias de España. Cada distrito electoral tiene derecho a un mínimo inicial de dos escaños, con los restantes 248 asignados entre los grupos en proporción a sus poblaciones. A Ceuta y Melilla se les asigna un escaño a cada una, que se eligen por representación proporcional de lista cerrada pero al repartir solo un escaño la votación se vuelve mayoritaria uninominal.
Para el Senado, son elegidos 208 escaños usando una lista abierta de votación de bloque parcial, con electores que votan por candidatos individuales en lugar de partidos.
De acuerdo con la Constitución, el Senado es una Cámara de representación territorial. Además de los 208 senadores que son elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, los órganos legislativos de las comunidades autónomas designan un senador y otro por cada millón de habitantes, conformando así un total de 265 senadores.
En cada circunscripción provincial se elegirán cuatro senadores; en las circunscripciones insulares se elegirán tres en Gran Canaria, Mallorca y Tenerife, y uno en Ibiza-Formentera, Menorca, Fuerteventura, La Gomera, El Hierro, Lanzarote y La Palma. Las poblaciones de Ceuta y Melilla elegirán cada una de ellas dos senadores.
En estas elecciones, dado que se mantienen las mismas cifras oficiales de población vigentes en las anteriores elecciones de abril de 2019, ninguna circunscripción varía el número de diputados que elige. Los diputados a ser elegidos en cada circunscripción serán:
Madrid 37 ; Barcelona 32; Valencia 15; Alicante y Sevilla 12; Málaga 11; Murcia 10; Cádiz 9; La Coruña, Vizcaya, Islas Baleares y Las Palmas 8; Asturias, Granada, Pontevedra, Santa Cruz de Tenerife y Zaragoza 7; Almería, Badajoz, Córdoba, Gerona, Guipúzcoa, Tarragona y Toledo 6; Cantabria, Castellón, Ciudad Real, Huelva, Jaén, Navarra y Valladolid 5; Álava, Albacete, Burgos, Cáceres, León, Lérida, Lugo, Orense, La Rioja y Salamanca 4; Ávila, Cuenca, Guadalajara, Huesca, Palencia, Segovia, Teruel y Zamora 3; Soria 2; Ceuta y Melilla 1.
Senado
Además de los 208 senadores que son elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, los órganos legislativos de las comunidades autónomas designan un senador y otro por cada millón de habitantes, conformando así un total de 265 senadores.
En cada circunscripción provincial se elegirán cuatro senadores. La distribución y número para las elecciones de 2019 quedaron fijados de la siguiente manera:
Circunscripción provincial 4 ; Gran Canaria, Mallorca y Tenerife 3; Ceuta y Melilla 2; Fuerteventura, La Gomera, El Hierro, Ibiza-Formentera, Lanzarote, Menorca y La Palma 1.
El mandato de cada Cámara de las Cortes Generales, l Congreso y Senado, expira cuatro años después de la fecha de su elección previa, a menos que se disuelvan antes.
Una vez instaladas las Corte se realiza el proceso de investidura para elegir al presidente del Gobierno.
(Con información de El Mundo, El País, Antena)