La industria automotriz no termina de salir de los problemas que la aquejan. La crisis de la pandemia le ha ocasionado pérdidas enormes y a eso se une ahora la inédita escasez de semiconductores, lo que produce que no se consigan vehículos a nivel mundial.
El Político
Dicha escasez provoca un aumento de precios en algunos modelos de carros nuevos y eleva los precios de los autos usados. Las grandes compañías están fabricando menos automóviles porque no hay suficientes semiconductores en el mercado, una pieza esencial en su producción.
A eso se suma el déficit de de chips que tienen las empresas tecnológicas que fabrican desde electrodomésticos, computadores y celulares hasta consolas de videojuegos.
"La industria de los semiconductores está tratando de ponerse al día con la demanda, pero simplemente no puede", dice Susan Golicic, profesora de la Facultad de Negocios de la Universidad Estatal de Colorado, en Estados Unidos.
Ante la falta de chips, los fabricantes de vehículos han tenido que seleccionar qué modelos se ensamblan y qué modelos no, explica la experta.
"Muchas de las empresas solo están produciendo los vehículos que les generan mayores ganancias", como coches utilitarios deportivos (SUV), camiones o autos de lujo. "La situación es bastante seria".
Aunque los autos se producen en distintas regiones del mundo, gran parte de la fabricación está concentrada en países como EEUU y China. Pero también participan en la cadena otros más pequeños como, por ejemplo, Eslovaquia.
Este último país, que apenas tiene poco más de 5.6 millones de habitantes, alberga grandes fábricas de Volkswagen, Peugeot y Kia, y produce un millón de automóviles al año, lo que lo convierte en la nación con la mayor producción per cápita del mundo.
Sube el precio de los autos usados y nuevos
En Estados Unidos los autos se están vendiendo incluso a valores más altos que el precio de venta porque hay gente dispuesta a ofrecer más que el precio normal. Y como no hay suficientes productos nuevos disponibles en el mercado, ha subido la demanda de vehículos usados, elevando el costo promedio de un auto de segunda mano en EE.UU. a más de US$25.000.
De hecho, el valor promedio de un vehículo ha venido subiendo cerca de US$200 cada mes. Eso hace que los problemas en la industria automotriz tengan un fuerte efecto en su economía.
En el contexto global, debido al tamaño de la industria automotriz, se produce un efecto multiplicador. Una compañía que emplea a 100 personas, genera efectos en la contratación de hasta 500 trabajadores", por todas las empresas asociadas que giran en torno a ella.
Y cuando todas las personas que intervienen en la cadena de fabricación de un auto se ven afectadas, se resiente la economía local, especialmente cuando se cierran temporalmente algunas plantas.
Todas las estimaciones apuntan a que la escasez se extenderá hacia 2022, incluso hasta 2023, antes de volver realmente a una situación de mercado normal.