Más novedades sobre las cuentas de Juan Carlos I en Suiza. El rey emérito empleó ocho millones de euros de origen opaco para pagar más de una decena de vuelos privados.
El Político
Sus destinos: América del Norte, Caribe y Oriente Medio.
Estos desplazamientos tuvieron lugar entre los años 2009 y 2018, por lo que parte de ellos aún se hicieron siendo monarca en ejercicio, toda vez que abdicó en su hijo, Felipe VI, en junio de 2014. Tras su marcha, se intensificaron esos viajes.
La información detalla que, por ejemplo, se han constatado dos visitas a Santo Domingo, un tour por los distintos emiratos del Golfo Pérsico y un vuelo chárter desde Santiago de Compostela a Vancouver (Canadá), “con la tripulación del Bribón para participar en un campeonato del mundo”, dice en referencia al barco con el que el Borbón competía habitualmente en diversas regatas.
Varios documentos
El Confidencial aporta los documentos que dan cuenta de esos traslados y explica que el dinero para pagarlos provino de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental con domicilio en Liechtenstein que dirigía el primo de don Juan Carlos, Álvaro de Orleans-Borbón.
Zagatka, una sociedad que actualmente investiga el fiscal suizo, Yves Bertossa, se creó en 2003 con 9.000 euros y ha llegado a administrar alrededor de 14 millones.
El rey emérito y su hijos, Felipe VI, Cristina y Elena de Borbón, han dejado de ser beneficiarios de los fondos de la Fundación recientemente, según se supo el pasado 8 de noviembre.
Investigación de la justicia
La justicia investiga el uso que Juan Carlos I hizo de ese dinero, pues desde las cuentas de la fundación se pagaron, supuestamente, vuelos privados, estancias en hoteles y regalos diversos.
Para volar, el padre del rey empleó firmas como la británica Netjets UK Ltd, la suiza Tag Aviation o la maltesa Vistajet Aviation Services.
El dinero de los viajes partió de cuentas del banco suizo Credit Suisse, con montantes de 189.026, 997.532 o 576.310 euros cada vez. Se detecta un hueco de casi tres años, en los que no constan viajes, pero se retoman con fuerza tras su abdicación, cuando los vuelos se “disparan”, habitualmente a cargo de Air Partner, de Reino Unido.
La transacción se hacía vía Dante Canonica, gestor de dicha fundación, investigado hace 11 años por su relación con el caso Gürtel, quien enviaba las facturas a Credit Suisse y con un banco secundario, Lombard Odier, para que fueran cargadas en las cuentas de la sociedad. En ningún momento aparecía en papel alguno el nombre de Juan Carlos I.