El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Rupert Colville alertó sobre la creciente violencia que mantiene atrincherados a cientos e estudiantes en algunas universidades, y ha representado graves pérdidas económicas en la región.
El Político
El asedio que la policía de Hong Kong mantiene desde hace unos días en torno a la Universidad Politécnica (PolyU, como se conoce en inglés), donde se refugian centenares de manifestantes antigubernamentales, ha vivido momentos muy tensos.
Las autoridades mantienen un cerco en torno al campus universitario bloqueando todos los accesos para impedir que nadie entrara o saliera de allí mientras invitan a los manifestantes a rendirse y entregarse para ser procesados por la justicia.
Los policías, según foto publicada, se han dedicado a barrer las calles debido a los escombros de los ladrillos lanzados por los jóvenes así coo bombas caseras.
Los activistas antigubernamentales se habían atrincherado desde hace días en la Universidad Politécnica de Hong Kong. La policía rodeó el área el domingo en la noche e inició el allanamiento tras emitir un ultimátum para que la zona fuese desalojada. La multitud llevaba impermeables y sombrillas para cubrirse del agua.
Las controvertidas tácticas de los manifestantes
"He estado atrapado con mis amigos, otros estudiantes y los periodistas dentro de la Universidad Politécnica durante más de 30 horas. La situación es que no tenemos suministro de gas y la cantina se está quedando sin comida", le contó a la BBC uno de los estudiantes que se encuentran en la PolyU.
Meses de protestas
La ola de manifestaciones en Hong Kong se inició en junio pasado como respuesta a una polémica ley de extradición pero luego se convirtió en un movimiento de protesta antigubernamental.
Durante este tiempo, los centros de educación superior se habían mantenido relativamente libres de violencia.Sin embargo, eso cambió la semana pasada cuando la Universidad China de Hong Kong se convirtió en un campo de lucha.
Los manifestantes se alimentan de la comida que hay en la cafetería de la universidad pero se están quedando sin provisiones.
En sus alrededores se han producido numerosos choques violentos en los que manifestantes y policías intercambian cocteles molotov por gases lacrimógenos y balas de goma.
El domingo, estos enfrentamientos alcanzaron uno de sus puntos más violentos.Desde entonces, la policía ha arrestado a unas 600 personas, entre ellas quienes se rindieron agotadas por el encierro o que estaban heridas.
Los cálculos de las autoridades estiman que aún quedan unos 200 estudiantes. El asedio que la policía mantiene en torno a la PolyU impide que incluso los familiares de los estudiantes puedan ingresar al campus para ver a sus hijos, lo que ha generado mucha incertidumbre entre las familias.
El domingo, las autoridades fijaron un ultimátum para que los manifestantes abandonaran el campus y se entregaran, al tiempo que advirtieron que podrían usar munición real si proseguían los ataques.
Este lunes, la policía permitió que unos 40 manifestantes heridos abandonaran el campus para recibir tratamiento médico tras lo cual podrían ser procesados penalmente.
Las autoridades advirtieron que los que salieran de la universidad iban a ser arrestado.
Una fuente policial dijo a la prensa que quienes se entreguen sin resistencia podrían recibir castigos menos severos pero que todos deberán responder ante la ley.
Los agentes antidisturbios irrumpieron antes del amanecer mientras ardían incendios dentro y fuera de la universidad, pero aparentemente no llegaron muy lejos. Fue posible ver fuertes explosiones luego que los manifestantes respondieron con bombas molotov. La policía efectuó algunos arrestos tras advertir que las personas en la zona podrían ser acusadas de motín.
Al amanecer, los manifestantes continuaban controlando la mayor parte de la universidad. En una zona al aire libre algunos fabricaban bombas de gasolina y otros dormitaban con sus máscaras antigás puestas. Dos caminaban con arcos y flechas, y muchos miraban sus smartphones.
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Cierta calma se apoderó del área después de que Jin-Guang Teng, el presidente de la universidad, dijo en un mensaje en video que la policía había accedido a dejar de usar la fuerza.
El funcionario señaló que la policía permitiría que los manifestantes salieran y que él los acompañaría al cuartel policial para asegurarse de que sus casos recibieran un juicio justo.
“Espero que ustedes acepten la suspensión temporal en el uso de la fuerza y salgan del campus de manera pacífica”, afirmó.
Sin embargo, parecía improbable que los manifestantes aceptaran la oferta, ya que probablemente todos serían arrestados.
Algunos cientos salieron del campus alrededor de las 8:15 de la mañana en un aparente intento por escapar, pero la policía los hizo retroceder con gases lacrimógenos. Entonces decidieron volver a ingresar.
El domingo, los manifestantes hirieron a un funcionario de vinculación con la prensa al lanzar una flecha que se le incrustó en la pantorrilla. En la página del departamento en Facebook pueden verse fotografías de la flecha clavada en la parte trasera de la pierna del funcionario, atravesándole el pantalón.
Cuando la policía antidisturbios avanzó desde todos los flancos, algunos manifestantes se replegaron dentro de la universidad. Otros le prendieron fuego a los puentes que conducen a su interior.
Un enorme incendio afectaba gran parte de un puente para peatones que conecta una estación del tren con la universidad cerca del túnel Cross-Harbour, una arteria submarina en el puerto de Hong Kong que los manifestantes obstruyen desde hace días.
El uso de arcos y flechas, así como el lanzamiento de bombas de gasolina, representa un agudo incremento de la violencia por parte de los manifestantes, que intentan mantener la presión sobre las autoridades de Hong Kong, las cuales han rechazado la mayoría de sus exigencias.
Las protestas estallaron a principio de junio debido a una iniciativa para permitir la extradición de supuestos delincuentes al territorio continental de China.
Los activistas consideraron que esa propuesta erosionaba la autonomía de Hong Kong de acuerdo al principio “un país, dos sistemas” puesto en marcha en 1997, cuando Gran Bretaña devolvió el territorio a China.
El proyecto de ley fue cancelado, pero las protestas se ampliaron y derivaron en un movimiento mayor de resistencia contra lo que se considera un aumento del control de Beijing sobre Hong Kong y exigencias a favor de la democracia plena en la isla.
Centenares de personas formaron el domingo una cadena humana en el centro de Hong Kong durante una manifestación pacífica de apoyo al movimiento.
Azaze Chung, estudiante universitario, dijo que el gobierno debería responder a las exigencias de los manifestantes, no sólo utilizar la fuerza contra ellos.