El intercambios de prisioneros por parte de Estados Unidos, genera controversias. Pero qué podría esto significar para Brittney Griner.
Gustavo Márquez / El Político
Muchos estadounidenses han sido retenidos como prisioneros, o rehenes, en otros países. Un tema que ha sido un dolor de cabeza permanente para varios presidentes de Estados Unidos. Precisamente por lo que ha significado el tener que pactar o negociar con regímenes o grupos irregulares, en la búsqueda del retorno de sus ciudadanos a suelo patrio.
El reciente caso del intercambio de prisioneros y rehenes entre Venezuela y Estados Unidos es un ejemplo de esta situación. Todo en medio de una frase que siempre ha estado presente en momentos de coyuntura, para las autoridades de EEUU: "nosotros no negociamos con terroristas o secuestradores".
En efecto, el caso de la liberación de los llamados "narco-sobrinos", generó una enorme polémica, sobe todo el el terreno político. Pues los jóvenes liberados son sobrinos del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, condenados en los EEUU por delitos de narcotráfico. Estos fueron intercambiados por siete estadounidenses, cinco de los cuales habían estado detenidos durante varios años en Venezuela, bajo falsos cargos de corrupción.
El gobierno estadounidense propuso a Moscú el canje de Viktor Bout por la basquetbolista estadounidense Brittney Griner, quien está detenida desde febrero en una cárcel cerca de Moscú, y el exmarine Paul Whelan, condenado en 2020 a 16 años supuestamente por espionaje. pic.twitter.com/DaYM8kRVNo
— Sol Rojas (@sol651) October 2, 2022
Apuntando hacia peces más gordos
Estas liberaciones o intercambios podrían ser, según analistas, la antesala para posteriores intercambios de mucho más alto perfil. Ejemplo de eso es el caso del llamado “Mercader de la Muerte”. Pues el presidente Joe Biden —al parecer— estaría listo para intercambiar al contrabandista internacional de armas, Viktor Bout, por la liberación de dos estadounidenses: el experto en seguridad corporativa, Paul Whelan y la deportista y súper estrella de la WNBA, Brittney Griner. Ambos están actualmente tras las rejas en la Federación Rusa. Pero Bout no es un bebé de pecho. Paga una condena de 25 años en EEUU, como consecuencia de sus labores como contrabandista de armas y conspiración para matar estadounidenses.
Adicionalmente, el tema de los intercambios de prisioneros o rehenes se está utilizando como arma política. En efecto, el senador republicano por el estado de Florida, Marco Rubio, ha comentado sobre el trato de Joe Biden hacia Nicolás Maduro, indicando que: "es otro apaciguamiento de Biden, que dará como resultado que más dictadores antiestadounidenses tomen a más estadounidenses inocentes como rehenes en el futuro".
En cambio, el presidente Biden se siente satisfecho por sus acciones, sin arrepentimiento. Al punto de hacer ver que tales esfuerzos se vean como parte de la política de su administración. En este sentido, ha comentado recientemente, que: "a todas las familias que aún sufren y están separadas de sus seres queridos, quienes están detenidos injustamente, sepan que seguimos dedicados a asegurar su liberación”.
#OPINIÓN | “En la diplomacia de rehenes, los presos provenientes de otros países terminan convirtiéndose en peones del tablero político. Esta es una práctica a la que acuden con frecuencia los gobiernos no democráticos”, explica @Neho_Escribe https://t.co/CAXj6Hx0dZ
— El Pitazo (@ElPitazoTV) October 7, 2022
En Resumen
El tema de la liberación de presos por intercambio toca la línea de la injerencia. Pero para muchas organizaciones criminales, el secuestro y el rescate es un tipo de negocio.
Para algunos analistas, la posibilidad de conseguir la liberación de algún estadounidense inocente, detenido en territorio hostil, hay que aprovecharla. Pues son oportunidades que se deben tomar en cuenta. Sin embargo, en la práctica hay factores políticos que pueden hacer mucho ruido en este proceso.
En efecto, el senador Marco Rubio podría oponerse a cambiar a Viktor Bout por Brittney Griner, con el pretexto de que hacerlo estimularía a Vladimir Putin para colocar tras las rejas a nuevos rehenes estadounidenses, cada vez que arresten a un simpatizante de la Federación Rusa en EEUU. Un tema delicado en extremo, que pone en entre dicho aquella frase utilizada por años, de: "nosotros no negociamos con terroristas o secuestradores".