Recep Tayyip Erdogan tomó partido. El presidente turco salió en defensa de Hamás y negó que la agrupación sea un movimiento terrorista.
El Político
Para el jefe de Estado, la organización es un grupo militante palestino que, a su juicio, lucha para liberar sus tierras.
“Hamás no es una organización terrorista, es un grupo de liberación”, dijo frente a parlamentarios del Partido Justicia y Desarrollo, su organización política.
Durante ese mismo encuentro, Erdogan calificó a los milicianos de Hamás como “muyahidines”.
El término, propio del árabe, se emplea para referirse a combatientes que son capaces de ejecutar acciones militares e, incluso, dar su vida en nombre del Islam.
Las declaraciones del presidente le distancian de la mayor parte de sus socios de la Unión Europea (UE).
Justo después de su pronunciamiento, el vice primer ministro italiano, Matteo Salvini, alzó su voz a modo de protesta.
Para Salvini, las palabras de Recep Tayyip Erdogan resultan “graves y repugnantes”. Por ese motivo, Roma apelará a su Cancillería para emitir una carta de rechazo.
Sin mencionar nombres, Erdogan también criticó el respaldo decidido de Estados Unidos al Gobierno y al pueblo de Israel.
Desde la perspectiva del mandatario, “los perpetradores de la masacre y la destrucción que tiene lugar en (la Franja de) Gaza son aquellos que brindan apoyo ilimitado a Israel”.
El jefe de Estado turco aprovechó la oportunidad para anunciar el enfriamiento de las relaciones entre Ankara y Tel Aviv.
Tanto Turquía como Israel empezaban a dar pasos tímidos hacia una mejora de sus vínculos, a través de iniciativas en materia energética.
Los esfuerzos, ha expresado Erdogan, quedaron sin efecto, a raíz de la respuesta brindada por la nación hebrea a la agresión de Hamás.
El gobernante ha interpretado el conflicto entre los terroristas palestinos e Israel como un abuso, por parte del Estado judío, de las “buenas intenciones de Turquía”.