LO POSITIVO
Andrés Oppenheimer reportó que, según la encuesta Latinobarómetro, “el porcentaje de personas de acuerdo con que la economía de libre mercado es el único sistema con el que tu país puede llegar a ser desarrollado” subió del 57% en 2003 a un récord del 69% en 2017″ y se ha mantenido alrededor de esa cifra.
Eso es auspicioso, pero mejor aún es que los países donde la respuesta positiva es mayor son: Nicaragua (79%), Honduras (78%), Bolivia, Ecuador y Venezuela (76%). Es decir, víctimas de las desastrosas políticas socialistas y, peor aún, castristas disfrazadas de democracia.
LO NEGATIVO
El menor porcentaje de apoyo a la economía de libre mercado se dio en 2007, cuando países como Venezuela o Bolivia disfrutaron de un boom de las materias primas que llenó temporalmente de dinero los bolsillos de la gente (y permanentemente la de los corruptos), pero que fue gastado en populismo y clientelismo. El dinero se fue y quedó la desinversión y la miseria.
Gonzalo Morales Divo
Oppenheimer opina (y muchos analistas por igual) que si el boom regresara esos índices bajarían. El apoyo al libre mercado es coyuntural e hijo de una cruenta necesidad momentánea. Si vuelve el "dinero fácil", el latinoamericano promedio olvida el emprendimiento, la libre empresa y se vuelca a buscar las dádivas del Estado.
Cuando hablamos de "socialismo" nos referimos principalmente a la "economía socialista". Los países desarrollados son muy críticos hacia el capitalismo y buscan formas de hacerlo más humano y solidario. Pero al socialismo le ponen límites.
Quienes dicen que los países escandinavos “son socialistas”, no están viendo el panorama muy claro: solo piensen en Ericsson, Nokia, Nestlé, Ikea, Volvo, Electrolux, etc. La diferencia es que el llamado "dividendo social" es amplio y democrático en esos países de baja población y muchos recursos económicos.
Entonces ¿Qué hacer?
Sin que sea un "recetario", dejamos algunas recomendaciones generales:
1. Empezar por conocer y entender la economía de mercado, cómo funciona y cómo genera riqueza a una sociedad. Tiene tan mala prensa (sobre todo de la izquierda) que mucha gente solo ve vampiros, Mr Burns, pobres vs ricos y no se da cuenta que el internet abierto, el dispositivo por el cual ven este post, la medicina moderna, la innovación casi diaria en todos los aspectos de la vida, viene del libre mercado.
2. Luego practicarla, trabajar y acometer proyectos con espíritu emprendedor, asumiendo riesgos y sabiendo que “no hay almuerzo gratis” (y bajo socialismo radical, ni siquiera pagado).
3. Que se eduquen a las nuevas generaciones bajo estos preceptos. Mostremos los estragos de la economía ideologizada y hagamos notar que la responsabilidad social, la defensa de las minorías y la atención al pobre no son inherentes al socialismo. No hay mejores sistemas de seguridad social, de redes de apoyo y asistencia a los más necesitados que en los países de economía capitalista.
¿Por qué los hijos de gente próspera tienen hasta cuatro veces más probabilidad de ser prósperos de adultos? Porque son educados en casa y en la escuela para seguir el camino de sus padres, para ser "ciudadanos" y no "pueblo". Hay emprendedores de alma que surgen incluso de barrios, pero son excepciones que también merecen aplausos.
Los millenials tienen cierta preferencia al socialismo, pero las encuestas señalan que eso ocurre hasta que empiezan a trabajar. Cuando se dan cuenta que el subsidio al vago de la esquina sale de su bolsillo, se desvanecen mágicamente los Hugo Chávez y los Bernie Sanders.
4. Y ése es otro punto educativo importante: enseñarle a las nuevas generaciones que el dinero se gana con trabajo. Es bueno que trabajen desde jóvenes (en vacaciones, o tiempos libres) y administren su propio dinero. La ética de trabajo es esencial y enseña que la viveza es una “ganancia” efímera cuyos resultados son ruindad, mediocridad y fracaso en cualquier contexto serio de negocios.
5. Y no darle oportunidad al populismo. Si sube el precio del petróleo ¿vendrá una luna de miel con el chavomadurismo? “¡Sin la menor duda!”, pero el quid del asunto es si quien nos lee participa o no en tal "festín". El populismo compra apoyo popular con migajas. Que alguien se beneficie sin faltar a sus principios tampoco es criticable, pero que baje la guardia y se reconcilie… significa que lo perdimos.
Ayudemos a otros a entender que Latinoamérica no saldrá del foso y se incorporará a la modernidad con ese pie amarrado a la voluntad de quien “le da”, de quien le provee y maneja su destino como un titiritero. Que no es el líder sino uno mismo, pero eso es otro tema…
Esa emancipación, que empieza en mente y corazón, y termina en la acción, es para mí si acaso la única esperanza que le queda a América Latina.