Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA, tenía pruebas de cómo compañías internacionales chinas, brasileñas, bielorrusas, rusas, americanas y europeas “con grandes obras en Venezuela alimentaban el dólar paralelo [también conocido como dólar negro]” con las divisas venezolanas. Pruebas que hizo llegar a Nicolás Maduro y que el mandatario nunca publicó.
AlNavío
El exZar de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez, afirma que empresas internacionales en Venezuela, incluso las chinas y las rusas, conspiraron en contra del bolívar para agudizar la inflación, y de paso, amasar grandes fortunas.
“Estaba convencido, y tenía pruebas irrefutables, de que las compañías internacionales que tenían grandes obras en el país: empresas chinas, brasileñas, bielorrusas, rusas, además de las americanas y europeas tradicionales, alimentaban el paralelo [también conocido como dólar negro] con ¡nuestras propias divisas!”, dice Ramírez en su columna del domingo en el diario Aporrea.
Agrega que estas empresas “contaron siempre con la complicidad” del sector bancario. Dice que entidades públicas y privadas “jugaron a la especulación y triangularon los depósitos de divisas en el exterior” con los bolívares que entregaban en Venezuela al valor del dólar negro. “Se hicieron grandes fortunas con estas operaciones”, asegura.
Para el expresidente de PDVSA la conspiración con el bolívar parte de unos controles de cambio “incapaces de controlar nada”. Controles como los sistemas de asignación de divisas Cadivi y Cencoex, los cuales Ramírez investigó debido a sus “altos niveles de discrecionalidad”.
“Eran mecanismos que, ante el inmenso diferencial y ganancia que se producía en el paralelo, se convirtieron en una fuente de obtención de la mercancía más barata en el país: el dólar”, detalla.
Cunado rastreó los movimientos de Cadivi y Cencoex cayó en la cuenta de que muchas empresas y empresarios se enriquecieron a través de estos sistemas cambiarios. “Era una extraña mezcla de apellidos y operadores económicos de la oligarquía tradicional con una nueva camada de operadores”.
Aclara Ramírez que él hizo llegar todos estos nombres y empresas al presidente, Nicolás Maduro, en 2014, pero que este jamás hizo pública la información.
El expresidente de PDVSA, junto a un equipo de expertos, también propuso un cambio de política monetaria en 2014. Una reestructuración que consistía en unificar todos los fondos de divisas (Fonden, Bandes y Fondo Chino), en la cuenta de reservas del Banco Central de Venezuela (BCV) para que el valor del bolívar convergiera con el dólar negro, y de paso, evitar que las empresas hicieran ese tipo de jugarretas.
Además, por aquel entonces, añade, el dólar negro se cotizaba a 25 bolívares. No como ahora, que seis millones de bolívares equivalen a un dólar, tal como aceptó Maduro al presentar el paquete de medidas con el que legitimó, de paso, los marcadores como Dolar Today, que tanto había demonizado.
A causa de esto, Ramírez acusa de ceguera al mandatario. Le achaca que tardó cinco años en aceptar que el colapso económico era consecuencia de la devaluación de la moneda, producto de un sistema cambiario ineficiente, y no de la ‘guerra económica’.
“El valor del bolívar se desvaneció ante la ausencia de una política monetaria del gobierno, anclado durante todos estos años al dogma de un control de cambio que ya, desde el 2013, demostraba que era incapaz de controlar nada (…). Se trataba de impedir que los factores privados manejaran a su conveniencia las divisas que obtenían del Estado para la ejecución de obras”.
Factores privados entre los que se incluyen, como admite Ramírez, empresas de China y Rusia, los aliados internacionales más poderosos del gobierno de Maduro.
La alternativa presentada por el exZar de PDVSA en 2014 era un plan sostenido por la renta petrolera. Por una petrolera estatal fuerte y bien armada. Sin embargo, en los cinco años de Maduro, el deterioro de la empresa ha sido significativo. Basta con ver las cifras de producción: apenas genera 1,2 millones de barriles de petróleo al día cuando en 2013 extraía 2,6 millones de barriles diarios.
“No hay ingresos petroleros, [los asesores de Maduro] destrozaron a PDVSA con su sarta de mentiras, irresponsabilidades, malas decisiones y sus sucesivas directivas que no saben nada de petróleo. Hemos perdido, en tan sólo cuatro años, 1,8 millones de barriles al día de petróleo de producción, eso son más de 41.000 millones de dólares anuales que no entran al país por culpa de Maduro”, expresa Ramírez.
Por tanto, sin ingresos petroleros, no se podrá mantener otra de las promesas de Maduro: el déficit cero. “¿De dónde saldrá el dinero para sostener al país, la producción, los programas sociales? Está claro que va a salir del pueblo”. Pero esto no es lo único que se pregunta Ramírez: “¿Qué más será necesario para que te des cuenta de que este es un gobierno de derecha, entreguista, que nos ha llevado a una condición de vulnerabilidad que compromete la soberanía?”.
La conclusión del expresidente de PDVSA es que Maduro fracasó. Porque llegó tarde con el paquete económico, porque con él se entrega al capitalismo, y porque el petróleo, el motor económico en el periplo de Hugo Chávez, ya es incapaz de salvar nada.
“Maduro confiesa su fracaso, pero, además, se entrega abiertamente a las fuerzas del mercado y a los factores criminales y especulativos que crecieron y se fortalecieron a su sombra. Les da su bendición, claudica ante los demonios y sicarios económicos que él mismo estimuló y que ahora devoran y saquean al país”.
Fuente: AlNavío