La democracia representativa dejó de ser para la izquierda un mero instrumento de las clases dominantes y cobró vigencia como vía de acceso al poder.
El Político
Por primera vez en la historia, las cinco principales economías latinoamericanas estarán gobernadas por la izquierda.
En contexto
El contexto social, económico y político en que emergieron los gobiernos de izquierda es completamente diferente al que primaba en décadas previas.
De acuerdo con una nota de Efe, éste se caracteriza, especialmente, por tres rasgos: el profundo empobrecimiento de las sociedades debido a la implementación de las políticas pro-mercado, la creciente movilización política de diversos sectores y actores sociales y la crisis de representación política.
Agrega la nota que durante las décadas del ochenta y noventa, el arribo del modelo neoliberal en la mayoría de países latinoamericanos provocó procesos de desproletarización lo cual debilitó el poder social de los trabajadores.
Hacia 1999, el 9% de la población latinoamericana estaba desempleada y el 43% se ubicaba debajo de la línea de pobreza.
¿Por qué es importante?
El ajustado triunfo este domingo en Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro, ha cerrado un mapa que empezó a dibujarse en julio de 2018 con el triunfo en México de Andrés Manuel López Obrador y en octubre de 2019 cuando el peronismo volvió al poder de la mano de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, reportó Efe.
Le siguieron Pedro Castillo en Perú, que también se impuso a Keiko Fujimori por un estrecho margen, y más recientemente Gabriel Boric, en Chile, y Gustavo Petro, que en agosto pasado se convirtió en el primer presidente de izquierdas que gobierna en Colombia.
Se suman a este movimiento Luis Arce en Bolivia, Xiomara Castro en Honduras y Laurentino Cortizo en Panamá.
Una «Marea Rosa» distinta
Pero este avance de las opciones progresistas poco se parece al de la anterior Marea Rosa, cuando una sucesiva oleada de triunfos de los candidatos de izquierda entre 1998 y 2005 apartó del poder a los gobernantes conservadores en Venezuela, Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Uruguay y Perú.
Quedaba atrás una etapa caracterizada por políticas neoliberales que se tradujeron en apertura comercial, desregulación de sectores productivos estratégicos y privatización de empresas públicas.
Dos décadas después, este nuevo impulso de la izquierda regional enfrenta un complicado panorama debido a circunstancias políticas que socavan el Estado de derecho y provocan una pérdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas a causa de la inequidad social, la pobreza, la corrupción generalizada, el ascenso del populismo y la presencia del crimen organizado, entre otros factores.
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— EL PAÍS (@el_pais) October 31, 2022
Entre líneas
Patricio Navia, profesor titular de estudios liberales de la Universidad de Nueva York, dijo que “lo que estamos viendo en América Latina es a la gente votando contra los que están en el poder, castigándolos y mandándolos a la oposición”.
Según el especialista, este es un fenómeno que afecta incluso a presidentes que han sido elegidos recientemente, como es el caso de Boric, que asumió la presidencia de Chile en marzo y cuyo índice de aprobación está por debajo del 30 porciento.
Además, en septiembre pasado, los votantes rechazaron de manera amplia el proyecto de nueva Constitución que impulsaba el Gobierno.
En tanto, el índice de aprobación del presidente colombiano, Gustavo Petro -que asumió en agosto pasado-, descendió 10 puntos, del 56 al 46 por ciento, en apenas dos meses y medio.
Por su parte, el profesor de la Universidad Diego Portales de Chile sostiene que “la gente se decepciona de forma relativamente rápida de sus nuevas autoridades, porque la situación económica es muy complicada, porque hay inflación y no hay suficiente crecimiento. Eso hace que los Gobiernos terminen pronto su luna de miel y afronten desafíos muy complejos”.
En conclusión
Los nuevos gobiernos de izquierda de América Latina enfrentarán un escenario económico mucho más difícil que en su predominio anterior a fines de la década de 2000 y a mediados de la década de 2010, lo que dificultará considerablemente la introducción de reformas mayores, advierte un analista de la consultora Eurasia Group.
Si bien los anteriores gobiernos de izquierda se instalaron durante el auge de los commodities (material tangible que se puede comerciar, comprar o vender), la nueva camada de autoridades "enfrentará restricciones macroeconómicas y fiscales que limitarán su margen de maniobra", indicó el director gerente de Eurasia para las Américas, Christopher da Cunha Bueno Garman, durante una conferencia virtual.
La desaceleración del crecimiento económico -con algunos países incluso en recesión-, la elevada inflación y el aumento del desempleo están generando malestar e impaciencia entre los ciudadanos, muchos de los cuales pasaron de la clase media a la pobreza, a pesar incluso del gasto realizado por los Gobiernos durante el prolongado cierre a causa de la pandemia a fin de mantener un mínimo nivel de protección social.
El FMI, la Cepal y otras instituciones económicas han rebajado las expectativas de crecimiento para la mayoría de los países de la región, que en 2023 crecerá apenas un 1,4 por ciento.
Mientras tanto, los bancos centrales han optado por elevar considerablemente las tasas de interés para encarar una fortaleza del dólar que golpea a los mercados emergentes y frenar la inflación, aun a riesgo de ralentizar el crecimiento económico.