El Rey de España, Felipe VI, llegó el lunes a Puerto Rico, para participar del Quinto Centenario de la fundación de la ciudad de San Juan, su capital. Pero se encontró con la noticia de que la estatua de Juan Ponce de León, conquistador español y primer gobernante de Puerto Rico, había amanecido en el suelo, vandalizada.
El Político
San Juan de Puerto Rico inició la semana con mucho movimiento policial en el casco histórico de la ciudad, tras haber sido derribada la estatua de Juan Ponce de León. Pero había que volverla a colocar lo antes posible, ya que la realiza española estaba por llegar.
En efecto, las calles amanecieron acordonadas. Policías con rolo en mano, impidieron el acceso a ciertas zonas del casco histórico, mientras personal del Municipio de San Juan se encargaron de reinstalar la estatua en su lugar.
Los hechos
La reinstalación de la estatua sucedió en medio de una protesta, protagonizada por un grupo de manifestantes opuestos al monumento del colonizador español.
La reinstalación estaba pautada para las 2:00 p.m., pero no pudo iniciarse sino tres horas después.
El alcalde de San Juan, Miguel Romero, se empeñó en que la estatua fuera reposicionada lo antes posible, a propósito de la visita del Rey de España.
El alcalde, además, calificó los hechos como “vandalismo”. Adicionalmente, indicó que la escultura no se rompió. Solo la base sufrió daños.
Uno de los argumentos de los manifestantes para cometer el "vandalismo" fue que había que colora —más bien— una estatua en honor a próceres puertorriqueños o taínos, como el cacique Agüeybaná.
El director del Museo del Municipio de San Juan, Luis Pérez, ha comentado sobre el incidente, que catalogó como un atentado al patrimonio histórico de Puerto Rico, lo siguiente: “Es una estatua que está en esta plaza desde el siglo XIX, que se hizo con el material fundido de la derrota inglesa por parte de los puertorriqueños y que significa muchísimo para la historia de Puerto Rico”.
La visita Real
El Rey de España, Felipe VI, permanece de visita hasta el miércoles. Se trata de un viaje de celebración de los 500 años de la fundación de la capital. Además, es un momento para estrechar el intercambio comercial bilateral y fortalecer los lazos políticos, históricos y culturales que unen a Estaña y Puerto Rico.