El riesgo a invertir. Esa duda o miedo, razonable se ha posesionado del ambiente de las bolsas de valores ¡Sí, de todas!.
Mario Beroes/El Político
Han pasado varios años donde entre alzas, caídas; récords que se imponen y que después son dejados a lado por una nueva marca en la "meca de las finanzas", Wall Street. Sin embargo, los números en lo que va del 2022 siguen siendo color rojo.
Los cierres de los mercados acumulan ya importantes pérdidas. El índice S&P 500 ha perdido en lo que va de año casi un 8%, el Dow Jones un 5% y el Nasdaq casi un 12%, según los datos de es-us.finanzas.yahoo.
Ni el Metaverso salva a las tecnológicas
El descalabro de empresas de tecnología, lideradas por la Plataforma Meta (antes conocida como Facebook) y otras compañías de fuerte crecimiento ha hecho que a finales de enero el S&P 500 cotizara por debajo de las proyecciones de ganancias para los próximos 12 meses que tenía con respecto al inicio del año.
Se pasó de un múltiplo de 21.5 a 19.3, según datos de FactSet, en apenas un mes.
Con estas rebajas de valoraciones emergen atractivas oportunidades de inversión que no se ven desde hace dos años. Sin embargo el dinero se muestra cauto y titubeante ante un momento lleno de incertidumbres y volatilidad.
¿Por qué?, por las interrogantes sobre el ritmo en el endurecimiento de la política monetaria por parte de la Fed dada la fuerte subida de la inflación.
A eso se le suma el conflicto en Ucrania y su efecto en la economía, especialmente su impacto en el precio de materias primas como el gas y el petróleo.
Adiós al dinero ‘gratis’
Buena parte de las subidas de la bolsa de los últimos dos años tienen mucho que ver con el hecho de que para contener la crisis derivada de la pandemia de la COVID la autoridad monetaria pusiera en marcha una batería de medidas de estímulo en la primavera de 2020.
Las rebajas de tasas de interés al 0%-0.25% y la inyección de liquidez con la compra de bonos del tesoro y deuda hipotecaria titulada (el llamado QE, quantitative easing) permitieron mucha comodidad a los inversores para apostar incluso por valores de alto riesgo.
La mejora de la economía, sobre todo en 2021, ha permitido que estas apuestas se vieran posteriormente validadas en fuertes ganancias de las empresas, especialmente comparadas con los resultados de un mal año anterior dominado por los cierres de actividad a causa de la pandemia.
Y este entramado tiene que desmontarse, no solo porque la emergencia de la pandemia se haya reducido, sino por la fuerte subida de la inflación.
Actualmente esta es un 7.5% superior a la de enero del año pasado. La inflación subyacente (a la que se resta el precio más volátil de los alimentos y de la energía) es del 6% y está haciendo barajar a muchos analistas que la Fed suba las tasas de interés entre cinco o seis veces este año y que la primera pueda ser de 50 puntos básicos (o 0.5 puntos porcentuales) en vez de un 0.25%.
El martes se conoció que los precios de los productores (PPI) subieron un 1% en enero lo que deja el aumento interanual en el 9.7%, un récord que además duplica las estimaciones de los analistas. Es una subida que llegará a las empresas en forma de mayores costos y los consumidores que pagarán precios más altos.