Como en las películas, en la que la solución se consigue en el último minuto de la trama, así pasó con la Federación Rusa y la posibilidad de caer en default o impago.
Mario Augusto Beroes Ríos/El Político
Según una nota de la agencia de noticias Bloomberg, el banco estadounidense JP Morgan ordenó el pago de 117 millones de dólares en intereses de deuda rusa, y envió el dinero al Citigroup, entidad que, en teoría, debe remitir el dinero a los acreedores.
Por su parte, la agencia de noticias británica Reuters-Thompson, informó que "ya hay inversores que han recibido el dinero que les corresponde," lo que descarta cualquier tipo de impago.
Citigroup actúa como agente de pago de los bonos rusos, según Bloomberg. Así, la primera de estas entidades habría recibido las aprobaciones necesarias por parte de Estados Unidos para ir adelante con la transacción.
Dudas hasta el último minuto
Hasta último momento, el pago de la deuda por parte del gobierno de Vladímir Putin, era un misterio.
De haber incurrido en cesasión de pagos con sus acreedores en moneda extranjera, los inversores, especialmente aquellos expuestos al pasivo ruso, hubiesen agravado la situación, ya por si complicada, de la economía mundial.
El problema era que el país tiene bloqueadas sus reservas en dólares y, en teoría, no podría hacer el pago en esa divisa.
Ante esta situación, el Kremlin había dicho que optaría por hacer frente a sus obligaciones en rublos, una moneda que se ha desplomado a raíz de la guerra en Ucrania y con la que no podría pagar este dinero, y que además va en contra de los contratos firmados, que estipulaban los pagos en dólares.
¿Y el siguiente pago?
El ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, señaló que ya habían dado la orden de hacer el abono de los 117 millones a sus acreedores en dólares, y no en rublos como se especulaba.
Sin embargo, el ministro dijo que no podía garantizar que el dinero llegara a sus destinatarios, echando la culpa a Occidente y sus sanciones en caso de que Rusia entre en ‘default’.
Un ‘default’ artificial, como calificó el gobierno de Putin, que sostenía que sí tiene fondos para hacer los pagos que no se lo permiten.