La migración en Latinoamérica este 2021 observó desviaciones históricas nunca vistas, principalmente por los volúmenes de movimientos poblacionales, la diversidad étnica presente y la suma de fronteras de paso.
El Político
El resultado de una investigación periodística de Euronews, elaborada en la localidad mexicana de Chiapas, comienza por enfocar una visión retrospectiva de las migraciones. Es posible observar que en América Latina los movimientos poblacionales han sido recurrentes. Siempre al ritmo de las diversas crisis. Pero llama la atención que esta vez el fenómeno actual no tiene precedentes. Entre otros episodios por las oleadas de haitianos cruzando la peligrosa selva colombiana de Darién. Y los venezolanos arriesgando sus vidas en el inhóspito desierto de Atacama para tratar de abrirse camino en Chile.
Más aún: los movimientos escenificados en el extremo sur de México y en la ruta entre Necoclí, en Colombia, y Bajo Chiquito, en Panamá, a través de la selva de Darién. Mucho más al sur, la ciudad chilena de Iquique, donde el rechazo a los inmigrantes venezolanos eclosionó este año con violencia y xenofobia inusitadas.
Otro caso particular es el de México, país que bajo presión de Estados Unidos se trastocó en suerte de muro de contención de la migración desde Centroamérica.
Se agudiza la crisis migratoria en América Latina
Miles de haitianos y venezolanos se encuentran varados en México, Panamá y Chile.
Las autoridades piden a los migrantes que no arriesguen su vida por el sueño de llegar a EE.UU.#DWNoticias /cmw pic.twitter.com/XVnwzoMwe4
— DW Español (@dw_espanol) October 2, 2021
Migración sin precedentes
Como nunca en el pasado las autoridades mexicanas habían aztecas han detenido a tantas personas en situación irregular. Se calculan en más de 228 mil hasta octubre. En los operativos intervinieron agentes fronterizos, de la Marina, del Ejército y de la Guardia Nacional. El número de solicitudes de asilo también alcanzaron sus máximos históricos.
La política de mano dura del gobierno mexicano se refleja sobre todo en Tapachula, Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala. Allí los migrantes por miles permanecen literalmente atrapados. Las autoridades les impiden salir hasta que no resuelvan su situación migratoria. Pero los procesos se eternizan sin respuestas oficiales.
Grupos de activistas denuncian que Tapachula en la práctica se convirtió en una prisión al aire libre. Y de esta situación acusan a las autoridades mexicanas de utilizar la estrategia del agotamiento para que tanto haitianos como centroamericanos desistan de sus propósitos.
Del otro lado de la frontera norte, en Estados Unidos, la situación es similar. A la fecha las autoridades aduaneras estadounidenses han interceptado a 1,7 millones de personas en situación irregular, triplicando las cifras de años anteriores. El arribo presidencial de Joe Biden sembró falsas esperanzas, generando una avalancha migratoria hacia territorio estadounidense.
Migración incrédula
Con antelación, las dimensiones del problema fueron menores. Esta vez presionaron para que los gobiernos de Biden y López Obrador terminaran el año resucitando el polémico "Quédate en México", un programa de la era Trump. El mismo obliga a los solicitantes de asilo a permanecer del lado mexicano hasta resolverse caso por caso. Las esperas no tienen final.
Mucho antes de llegar a México, miles de migrantes, principalmente haitianos y venezolanos, transitan por un ruta temible. Esta se ubica entre la localidad colombiana de Necoclí y la aldea panameña de Bajo Chiquito, atravesando el golfo de Urabá y la peligrosísima selva de Darién. Se estima que por las calles de Necoclí unos 20 migrantes esperan la ocasión del paso de un ferry o una lancha informal que los ayude cruzar el golfo.
Los migrantes quienes vivieron la experiencia de transitar por Brasil, Perú, Ecuador o Chile, deben atravesar ahora la selva de Darién, con sus hijos y sus escasas pertenencias a cuestas. Una selva plagada de animales salvajes y organizaciones criminales.
Desde Venezuela prosigue el bombardeo de migrantes a toda Latinoamérica. Se calcula que ya han salido del país 5,6 millones de personas, debido a la violencia, la pobreza y el desgobierno. Haití también genera olas de gente desesperada por huir. El otro gran foco sigue siendo Centroamérica, pero los rostros del fenómeno son cada vez más diversos. Y no es raro encontrarse con grupos de asiáticos o africanos.
Fuente: Euronews